martes, 6 de enero de 2009

¿Cuántos ayunos?

Ya que hemos estrenado etiqueta de Ayunos, vamos a aprovechar y haremos un pequeño resumen de los ayunos del año. 


Durante el año hay seis días en los cuales es obligatorio ayunar:


Uno de ellos fue ordenado por la Torá - Iom Kipur


Cuatro fueron establecidos por los Ultimos Profetas (Jagai, Zejariá y Malají): 

el 3 de Tishrei (Tzom de Guedalia), Guedalia ben Ajikám - el gobernador judío de la Tierra de Israel luego de la destrucción del primer Beit haMikdash- fue asesinado, poniendo fin al gobierno autónomo de los judíos.

el 10 de Tevet (Asará beTevet), Nabucodonosor, rey de Babilonia, comenzó a sitiar çjerusalem.

el 17 de Tamuz:(Shivá Asar beTamuz) en recuerdo de la apertura de la brecha en las murallas de Jerusalem durante la época del segundo Beit HaMikdash  y otras calamidades

el 9 de Av (Tishá beAv) fuerón destruidos, con unos 500 años de diferencia, el primer y segundo Templo.


y uno fue introducido por los Sabios luego de la época de los Profetas: el Ayuno de Ester (Taanit Ester). 

15 Segundos . Video de aish.com

- Sderot, Israel, "CODIGO ROJO"
- En Sderot, Israel tienes 15 segundos para correr a protegerte
- Hamas no está jugando
-Tampoco nosotros deberíamos
- Firma la petición para apoyar al gobierno de Israel para hacer todo lo que se pueda para detener los misiles ahora

domingo, 4 de enero de 2009

Tevet, Mes de amargura


El ayuno del 10 de Tevet inicia mañana, antes de la salida del sol. Es el tercero de los 3 ayunos de este mes y el único publico. Lee de nuevo Como Sobrellevar el Ayuno.

El ayuno del 8 de Tevet en memoria del día que la Torá fue traducida al Griego instancias del rey Talmái (Ptolomeo Filadelfo). Los sabios señalan que ese día (cuando la Torá fué traducida al griego) fue tan calamitoso para Israel como el día en que el pueblo judío construyó el becerro de oro, ya que resulta imposible traducir la Torá correctamente.

El ayuno del 9 de Tevet recuerda las muertes de Ezrá, el Escriba, y Nejemiá ben Jaklaiá, quienes guiaron fielmente a los judíos en su regreso del cautiverio babilónico. Cuando murieron, el pueblo de Israel quedó sumido en un gran desconsuelo, pues su pérdida fue irreparable.

El ayuno del 10 de Tevet, que como ya dijimos es un ayuno para toda la comunidad, Nabucodonosor, rey de Babilonia, comenzó el sitio de Jerualem durante la época del primer Beit HaMikdash. El sitio se prolongño por 3 años consecutivos hasta que finalmente logró abrir una brecha en las murallas de la ciudad el día 9 de Tamuz

La Guerra no Está en Otra Parte

Total, todo está pasando en otra parte, decimos, que no tenemos nada que ver, pensamos, que no nos toca, son cosas de Gaza, de Bombay, de Londres. Que se arreglen ellos, mientras no me toquen a mí, yo sigo como que nada. ¿Qué tiene que ver conmigo un misil que cae en Ashdod? ¿Acaso puedo evitarlo? ¿Soy primer ministro de algo?

Aquí llegan las noticias de último momento: La guerra no está en otra parte. Todos somos soldados y cada uno es  responsable de lo que está pasando. Desde hace rato Hashem “nos está tocando el hombro” para llamarnos la atención. Y cada vez los golpes son más fuertes, cualquiera puede notarlo. ¿No vamos a darnos vuelta y hacernos cargo?

La guerra que tenemos que ganar no es la que sale en la CNN, hay una guerra que se está librando a otro nivel y en la que todo Am Israel participamos. A ver si de una vez por todas nos convencemos. Porque decimos que tenemos emuná pero nos sentimos desprotegidos. Porque entendemos que todo lo que hace Hashem es para bien, pero nos la pasamos protestando. Porque sabemos que podemos influir con nuestra tefilá, pero los tehilim quedan cerrados.

Sabemos que Hashem nunca nos pide algo de lo que no somos capaces. Así que quizás sean los pequeños cambios los que marquen la diferencia. Quizás si le dedicamos (por lo menos) el mismo tiempo a la tefilá que a elegir los zapatos de temporada. Quizás si ponemos la misma energía en el trabajo de midot que en el gimnasio. Quizás si nos dedicamos con tanto empeño al jesed como a ganar dinero. Quizás.

Sólo de una cosa estoy segura. No sólo en Gaza están en guerra, la guerra está en todos lados.

 

martes, 30 de diciembre de 2008

El que quiera celeste que le cueste

El otro día una amiga me preguntó qué hago los días en los que no doy más, esos días en los que los problemas parecen un tsunami y tengo ganas de largar todo, cambiar de cara y de nombre para salir corriendo. Esos días en los que quiero volver a ser la niña que se sentaba  frente a la ventana a comer anillitos de chocolate mientras cantaba “vamos a ver cómo es el reino del revés”.


Le conté la verdad; que primero lloro, me meto dos globulitos homeopáticos debajo de la lengua, hablo con alguna amiga repitiendo mucho la palabra “sobrecargada”, me sigo quejando, le digo a mi marido que no doy más poniendo los ojos en blanco, le pido que se haga cargo de la casa y después me voy a dormir a las nueve y media. Eso es lo que le contesté.


Pero esto es lo que debería haberle contestado: -El Rab Tatz explica que uno de los propósitos de la vida es resistir las pruebas. Dice que un problema nos fuerza a descubrir niveles ocultos en nuestro interior. Que la dificultad de la prueba despierta lo dormido y hace posible que lo potencial se concrete.


Y en ese momento mi amiga debería haberme interrumpido poniendo carita pícara: -¿ah si? ¿Entonces por qué cada día hacemos tefilá para que Hashem no nos enfrente a un problema?


A lo que yo le hubiese respondido poniéndome de pie y levantando el dedo índice: -Lo que pedimos en la tefilá es que no lleguemos al nivel en el que sea Él quien tenga que despertarnos con un baldazo de agua fría para sacarnos del letargo, sino que seamos nosotros los que sepamos aprovechar cada oportunidad que nos ofrece la vida para llevar nuestra potencia al máximo.


Y después de todo esto, mi amiga de golpe se hubiese iluminado y recordado la tefilá que propone el Rab Tatz en el mismo capítulo de “Living Inspired”: “Hashem, esta prueba que Tu me envías me parece imposible de pasar. Siento que no puedo superarla de ninguna manera natural. Pero si Tú piensas que esta es una prueba apropiada para mi, entonces haré lo imposible. Me superaré y daré todo de mí”.


Y después hubiésemos brindado por los problemas con nuestras infusiones de tilo y hubiésemos sido felices y comido perdices.  

sábado, 27 de diciembre de 2008

Doce Tribus y Una Única Tarea Espiritual

El genial Maharal de Praga, en su obra Netivot Olam, nos enseña que a pesar de los distintos aspectos y características de las doce tribus que hemos intentado mostrar, en realidad todas se complementan y reúnen. Para demostrarlo, el sabio analiza la palabra hebrea ejad, uno, y la divide de acuerdo a sus tres letras, destacando también su valor numérico: 


la primera letra, la Alef, de valor numérico uno, se refiere al patriarca Jacob, al padre de las doce tribus, el cual se encuentra por encima de ellas y es a su vez su raíz. La segunda letra de ejad, la Jet, de valor numérico ocho, se refiere a los ocho hijos provenientes de las matriarcas, Lea y Rajel. Y por último, la letra Dalet de ejad, alude a los cuatro hijos de las concubinas o sirvientas. 


El mensaje y la enseñanza del Maharal son claros y no dejan lugar a duda: se trata de doce tribus que, a pesar de sus diferencias, en realidad son un conjunto único e indivisible, reflejado por la palabra ejad, uno, de valor numérico trece. Jacob y sus doce hijos. El mismo valor numérico de la palabra hebrea ahavá, amor, sentimiento que une a los doce hijos de Jacob y los impulsa a seguir el camino espiritual trazado por sus tres predecesores: Abraham, Itzjak y Jacob.  


viernes, 26 de diciembre de 2008

Doce Tribus, Doce Piedras

El Pectoral que vestía el Gran Sacerdote, tal como lo detalla la Torá, contaba con doce piedras diferentes, ubicadas en cuatro hileras. Los Sabios nos enseñan que cada piedra correspondía con cada una de las doce tribus, tal como también se puede aprender del final del siguiente pasaje bíblico:


"Harás un Pectoral de Juicio de diseño tejido, como la artesanía del Efod la harás, de oro, lana turquesa, púrpura y carmesí y lino trenzado lo harás. Será cuadrado; doblado, de un palmo de largo y de un palmo de ancho. Lo llenarás con cuatro hileras de piedras: una hilera de cornalina, esmeralda y topacio: una hilera; la segunda hilera de carbúnculo, zafiro y berilo; la tercera hilera de jacinto, ágata y amatista; y la cuarta hilera de aguamarina, ónice y jaspe; engarzadas en oro serán en sus engarces. Las piedras serán de acuerdo con los nombres de los Hijos de Israel, doce según sus nombres, engarzadas como un anillo de sello, cada una de acuerdo con su nombre serán, para las doce tribus" (Éxodo 28:15-21).


Jánuca

1. ¿Cuáles son las 3 mitzvot que los Yevanim (griegos) prohibieron a los Iehudi mantener?

2. ¿Cuál era el nombre de los cinco hijos de Matisyahu?

3. ¿Se dice el Hallel completo o medio Hallel durante Jánuca?

4. ¿Con qué es la forma más mehudar de encender las velas de Jánuca?

5. ¿Cuántas barajot decimos cuando encendemos las velas?

6. ¿En que lado de la puerta ponemos la januquia?

7. En Erev Shabat Jánuca, ¿qué encendemos primero, las velas de Shabat o las velas de Jánuca?

8. ¿Cómo se llama el ultimo día de Jánuca?


Respuestas aquí

jueves, 25 de diciembre de 2008

Las 12 Tribus, Los 12 Meses

En la obra clásica Tur (Oraj Jaim 60:417) se enseña que las tres fiestas de peregrinaje –Pesaj, Shavuot y Sukot- corresponden de modo radical con los tres patriarcas –Abraham, Itzjak y Jacob-, y que los doce meses del año son paralelos a las doce tribus de Israel. 


En el comentario a la Torá conocido como Beer Maim Jaim (Miketz 42:7) se nos enseña que "el carruaje completo que son las doce tribus divinas corresponde con los doce flancos de unión de las paredes y el piso de una habitación –tal como se especifica en el Sefer Ietzirá- …y que a su vez constituyen toda santidad posible". Esto alude claramente a "la casa de Jacob" o "la casa de Israel".


Y si bien el espacio limitado de nuestro apéndices impide un análisis más profundo del tema, resulta imposible dejar de mencionar la relación que establece el Sefer Ietzirá (5:8) entre las doce letras simples del abecedario hebreo, los diversos sentidos y miembros del hombre, los signos astrológicos y los meses del año. Y sobra aclarar que cada una de estas doce relaciones corresponde a su vez con las doce tribus de Israel. 


En la obra Megalé Amukot (138) se agrega aún más y se explica que existen doce combinaciones del Nombre divino del Tetragrama, el Nombre de las cuatro letras –Iud, Hei, Vav y Hei- y que cada una de ellas corresponde de modo estricto y esencial con cada una de las doce tribus. 


A pesar de que existen diferentes modos de ordenar estas correspondencias y relaciones, cada uno de acuerdo a una perspectiva espiritual y a un sentido propio, presentamos el cuadro más conocido y el que generalmente aparece en las obras que se ocupan del estudio más profundo de la Torá.  



Mes         Signo    Arí Hakadosh y el Gaón de Vilna     Raabad            


Nisán       Talé                   Iehudá                                 Rubén     

Iar           Shor                  Isajar                                    Shimón

Siván       Teomim             Zevulún                                 Leví

Tamuz     Sartán               Rubén                                   Iehudá

Av           Arié                   Shimón                                 Isajar

Elul         Betulá                Gad                                     Zevulún

Tishrei     Moznaim            Efraim                                   Biniamín

Jeshván   Akrav                Menashe                                Dan

Kislev      Keshet             Biniamín                                 Naftalí

Tevet       Gedi                  Dan                                     Gad

Shevat     Dlí                     Asher                                   Asher 

Adar         Dagim                Naftalí                                 Iosef

        


miércoles, 24 de diciembre de 2008

Doce Tribus, Ni Once Ni Trece

De acuerdo con la enseñanza de los Sabios se aprende que el número doce no es casual sino que encierra enormes y profundos misterios. Más aún: cabe afirmar que toda la Creación fue estructurada de acuerdo y en paralelo a las doce tribus.


En la obra Psikta Rabati se enseña que todo lo que el Santo, Bendito Sea, creó, por el mérito de las tribus lo hizo.


Por ejemplo los doce meses del año, las doce constelaciones celestiales, las doce horas del día y las doce horas de la noche.


El Midrash Raba, en su comentario al libro del Éxodo, agrega que así como los Cielos no pueden existir sin las doce constelaciones, de igual modo el mundo no puede mantenerse sin las doce tribus.


Ahora bien, al aceptar estas enseñanzas no podemos dejar de preguntar: si la importancia de las mismas es tan vital, ¿acaso no hubiese sido más lógico que fueran creadas desde el comienzo mismo de la Creación? Correcto, y por ello incluso el Midrash Raba (24:6) comenta que lo correcto era que a Adán, al primer hombre, le nacieran doce tribus. Y así también se enseña en el mismo Midrash (63:6) que a Rivka le correspondía dar a luz a las doce tribus, pero que finalmente no lo logró sino el patriarca Jacob, quien en todo momento era consciente de que estaba logrando algo determinado antes de su nacimiento. ¿De dónde lo aprendemos? El Midrash Raba, en su comentario al Génesis (28:11), enseña: "Se topó con el lugar y allí pasó la noche, pues el Sol se había puesto; tomó de las piedras del lugar y las dispuso en alrededor de su cabeza, y se recostó en aquel lugar" (Génesis 28:11): Jacob tomó doce piedras y dijo: "así decretó el Santo, Bendito Sea, que habría de establecer doce piedras –en alusión a las tribus-". Agregó: "Abraham no las estableció; Itzjak tampoco las estableció. En caso de que se unan estas doce piedras una con la otra, yo sabré que seré yo quien habré de establecer las doce tribus". Y debido a que finalmente se unieron supo que él sería el padre de las doce tribus de Israel.


Y el hecho que Jacob habría de establecer doce tribus también las matriarcas lo sabían, tal como lo enseña el Talmud (Berajot 60a) que Lea emitió un juicio referido a ella misma y dijo: "doce tribus han de salir de Jacob. Seis ya han salido de mí y cuatro de las sirvientas. He aquí diez. Si este es un varón más para mí, mi hermana Raquel no será ni siquiera como una de las sirvientas". Inmediatamente se transformó el feto en una hembra, tal como está dicho: "y llamó su nombre Dina".


También en el valor numérico doce de la palabra hebrea ze encuentran los Sabios una alusión a las futuras doce tribus. En el versículo: "Éste –ze- es el recuento de los descendientes de Adám (Adán); el día que Dios creó al hombre. Lo hizo a semejanza de Dios" (Génesis 5:1).


Y el Midrash Tanjuma (Vaieji 15) encuentra una sugerencia a las doce tribus en la segunda matriarca, Rivka, de un modo absolutamente sorprendente. Lo detallamos a continuación entre glosas: "Y El Eterno le dijo: «Dos pueblos hay en tu vientre –he aquí dos tribus-; dos naciones –he aquí dos tribus más- de tus entrañas se separarán; el poder pasará de una nación a otra –otras dos tribus- y la mayor servirá a la menor –he aquí dos tribus más-». Cuando se cumplieron los días de su preñez, he aquí que había gemelos –otras dos tribus- en su vientre. El primero –una nueva tribu- salió rojo, como un manto peludo; y lo llamaron Esav (Esaú). Luego salió su hermano –he aquí la última tribu-, con su mano aferrada al talón de Esav (Esaú); y lo llamaron Iaacov (Jacob)…" (Génesis 25: 23-26).

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Las Doce Tribus. Apéndice Zohar vol VI

martes, 23 de diciembre de 2008

La Janukia del Kotel

Dame tu opinión

Si ustedes también andan con la cabeza torcida y el cuello agarrotado saben que esa visión distorsionada del mundo se la debemos a la costumbre de hablar por teléfono mientras lavamos los platos. Para quienes se preguntan qué tanto tenemos que decir las mujeres como para andar sosteniendo el inalámbrico entre el hombro y la oreja mientras tendemos las camas y doblamos la ropa, les cuento que lo que hacemos cuando hablamos con nuestras amigas es, la mitad de las veces, dar nuestra opinión, y la otra mitad, pedir un consejo.


Sabemos a cual integrante del nuestro oráculo recurrir ante cada pequeño dilema. Sabemos combinar los números para descubrir cuánto aceite equivale a medio pan de margarina, qué cantidad de analgésico corresponde darle a un niño de tres años o qué marca de tostadoras se puso de oferta.

Una de las mitzvot bein adam leJaveró es la que nos advierte que no debemos provocar que otra persona cometa una trasgresión: “No maldeciréis al sordo y no pondréis estorbo delante del ciego; temeréis a vuestro Dios” (Vaikra 19:14). Los aspectos de esta mitzvá son muy amplios, pero aquí sólo me voy a referir a una de sus implicaciones, la que se refiere a dar consejos.

Por una parte esta mitzvá nos indica que nos cuidemos de dar un mal consejo. Una sugerencia que sea perjudicial para la persona que lo pide o para cualquier otra, entra dentro de esta categoría, pero sobre todo, un mal consejo es aquel que es dado en beneficio propio, con segundas intenciones. Por eso el versículo termina diciendo “…temeréis a vuestro Dios”, porque Él es el que sabe cuál es nuestro verdadero propósito cuando damos una opinión.

Por otra parte esta mitzvá tiene un lado activo y es la obligación de dar un consejo cuando nos lo piden. Esto no se refiere a andar opinando a troche y moche sobre cada tema que se hable en el mercado. Tampoco a ir dando consejos al tun tun sin haberle dado importancia al asunto. Se trata de permitirle a Hashem que nos utilice como vehículo para mandar una respuesta, y eso sólo lo podemos lograr si nos comprometemos con la realidad del otro, si lo escuchamos y validamos dándole tanta importancia a su problema como si fuese nuestro.

La vida comunitaria debería funcionar como un engranaje. Algunas veces nos tocará  ser los que sacan de una duda o revelan un truco y otras veces estaremos formulando las preguntas o pidiendo socorro. Hay que saber estar de ambos lados.“El camino del insensato está frente a sus propios ojos, pero el que escucha un consejo es sabio” (Proverbios 12:15).  Es muy posible que lo que para nosotros resulta obvio esté oculto para el resto. Los secretos están todos revelados, sólo hay que buscar a quien tenga la respuesta.  

Prolongación del Tiempo de su Nacimiento

En Pirkei DeRabí Eliezer se cita que los hijos de Lea fueron sietemesinos, y que en siete años le nacieron a Jacob once hijos y una hija. Y todos los hijos nacieron con sus respectivas parejas, con excepción de José, ya que Osnat, la hija de Dina, le estaba destinada como esposa. Tampoco junto a Dina nació su pareja.


Sin embargo, el Rab David Luria –Radal- cita nuevamente a Seder Olam, y al Gaón de Vila, y si consideramos los comentarios del Midrash denominado Yalkut, y de Rabinu Bejaie, resulta imposible pasar por alto que, al menos, en un nivel llano, existen opiniones discrepantes al respecto.

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Las Doce Tribus. Rav Daniel Ben Itzjak. Apéndice Zohar vol VI


lunes, 22 de diciembre de 2008

Las 12 Tribus - El Orden de sus Nacimientos

Existen opiniones discrepantes en lo referente al orden del nacimiento de las doce tribus. 


   Rashi, el exégeta clásico de la Torá, en su comentario al libro del Éxodo (28:10) determina que el orden es el siguiente: Reubén, Shimón, Leví, Iehudá, Dan, Naftalí, Gad, Asher, Isajar, Zevulún, José y Biniamín. Con Rashi coincide una de las opiniones del Midrash Lekaj Tov y Rabeinu Bejaie.


   Najmánides, por su parte, en su obra Emuná Ubitajón, ordena las tribus del siguiente modo: Rubén, Shimón, Leví,  Iehudá, Dan, Gad, Isajar, Naftalí, Asher, Zevulún, José y Biniamín.


Resulta importante aclarar que el orden de nacimiento no es un hecho anecdótico o histórico sino que conlleva un significado mucho más profundo y esencial. Por ejemplo, de acuerdo con esta última interpretación Isajar no es el noveno hijo, lo cual implica, para los sabios cabalísticos, expertos en numerología, más que un cambio de orden técnico. El análisis de este aparente detalle supera nuestra posibilidad de análisis en estas pocas páginas.

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Las Doce Tribus. Rav Daniel Ben Itzjak. Apéndice Zohar vol VI


domingo, 21 de diciembre de 2008

Las 12 Tribus - Sus Nacimientos y Partidas

De acuerdo con la obra clásica Seder Olam:


Rubén nació el 14 de Kislev y partió de nuestro mundo a la edad de 125 años;

Shimón nació el 28 de Tevet y partió a la edad de 120 años;

Leví nació el 16 de Nisán y partió a los 137 años;

Iehudá nació el día 15 de Siván y partió a la edad de 119 años;

Dan nació el 9 de Elul y partió a la edad de 125 años;

Naftalí nació el día 5 de Tishrei y partió a la edad de 133 años;

Gad nació el 10 de Jeshván y partió a la edad de 125 años;

Asher nació el 20 de Shevat y partió a la edad de 123 años;

Isajar nació el 10 de Av y partió a la edad de 122 años;

Zevulún nació el 7 de Tishrei y partió a la edad de 110 años; y

Biniamín nació el 11 de Jeshván y partió a la edad de 115 años.


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Las Doce Tribus. Apéndice Zohar vol VI


sábado, 20 de diciembre de 2008

Las doce Tribus

Doce fueron los hijos de Jacob:


seis de Lea –Rubén, Shimón, Leví y Iehudá, Isajar y Zevulún- (Génesis 29: 31-35; 30:17-20);

dos de Rajel –Iosef y Biniamín- (Génesis 30: 22-24; 35:16-18);

dos de Bilá, la sirvienta de Rajel –Dan y Naftalí- (Génesis 30:5-8);

y dos de Zilpá, la sirvienta de Lea –Gad y Asher- (Génesis 30: 10:13).

Éstos son los hijos de Jacob sobre los que está escrito en la Torá: "Todas éstas son las tribus de Israel" (Génesis 49:28).

Y cuando la tribu de Iosef fue dividida en dos, colocando al frente de ellas a sus hijos –Efraim y Menashe-, el número de las tribus fue modificado, y a veces son citadas como doce y a veces como más, aunque el número doce jamás pierde su importancia y significado.


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Las Doce Tribus. Apéndice Zohar vol VI

lunes, 15 de diciembre de 2008

La Sartén por el Mango

No sé cómo será el tuyo, pero mi mal instinto es patético. No se lo puedo recriminar porque a pesar de que su técnica es rudimentaria, reconozco que no necesita mucho esfuerzo para quebrarme.

Por ejemplo, empieza refinadamente, sirviéndome un plato de pollo con salsa de damascos y de a poco va disfrazando la angustia oral de ataque de hambre hasta abandonarme frente a la heladera abierta, alternando pepinos agridulces con barras de chocolate, doritos mexicanos con caramelos masticables. 

Después arroja más leña al fuego y me mete la idea del cansancio. Que no doy más, me dice, que estoy agotada y que si no me tiro un rato no llego viva a la noche. Por supuesto después de esto no necesita rebanarse mucho más los sesos, porque ya me tiene atrapada. Simplemente me deja en babia mientras les digo a mis hijos que coman que se bañen que se acuesten y de vez en cuando me susurra pensamientos negativos para hacerme llorar y que se me corra el rimel.

El otro día, Elisheba me decía que el bien y el mal son caras de la misma moneda, y que cuando la moneda nos muestra su cara mala hay que buscar la forma de darla vuelta para encontrar del otro lado la fuerza que se le opone. “Barati ietzer hara, ubarati lo Torá tavlin” “(Yo, Hashem) creé la tendencia a lo negativo, y también creé la Torá como su antídoto” (Kidushin 30b).

La palabra ietzer deriva de la palabra iatzar (formar o construir), de esto se desprende que el ietzer hará es la fuerza que crea para destruir, pero como enseñó el rebe Najman de Breslev: “Si crees que puedes arruinar, debes creer con la misma fuerza que puedes corregir".

Cada uno tiene la opción de creer lo que quiera, somos libres de dejarnos engañar y terminar tirando nuestros días a la basura, podemos permitir que el mal instinto trasforme nuestro mundo en un pañuelo pero también podemos sacar un as de la manga, tirar la moneda al aire e intentar construirnos en vez de destruirnos. De lo que creemos depende lo que creamos.

Fiesta de Berajot y Amén


Son muchos  los preceptos y costumbre que tenemos en Jánuca. Por ejemplo: la janukiá – candelabro de ocho brazos – y el aceite de oliva, el juego de la perinolasevivón – y la preparación de masas fritas – sufganiot. Cada día, al caer la tarde, la familia se reúne en la puerta del hogar y  enciende la vela correspondiente a cada uno de los ocho días, y todo acompañado por los cantos alusivos a la festividad. 


Hoy les propongo una idea para hacer una de las noches de Jánuca: 

Una Fiesta De Berajot!!!


Una fiesta de berajot o bendiciones es una oportunidad para decir muchos muchos AMEN. Aun con un grupo de 10 personas serás capaz de generar 50 AMEN. También podéis dedicar cada AMEN a una persona que lo necesite. 


PLANEACIÓN:


Sirve comida variada para cada brajá. Te damos algunas ideas:

  1. Borei minei mezonot: sufganiots (donuts), tortas, galletas, prezzels
  2. Borei pri hagafen: jugo de uva, vino
  3. Borei pri ha´etz: dátiles, manzanas, naranjas
  4. Borei pri ha´adamá: bananas, melones, maní
  5. Shehakol nihie bidvaró: chocolates, dulces
PREPARACIÓN:

Antes de comenzar la fiesta corta cada comida en pequeñas porciones y arreglala en platos sobre la mesa (o en bandejas si hay muchas personas). 

PROCEDIMIENTO:

Los participantes se pueden sentar alrededor de la mesa o en un círculo en el salón. Comienza tu fiesta con mezonot (mmm, al fin sufganiot!) La primera persona debe decir la brajá sobre la sufgania despacio y claramente, y luego morder mientras el resto de los invitados dicen AMEN con kavaná (intensión). Entonces la siguiente persona dice la bendición sobre su sufgania, en este caso, y todos contestan AMEN. Así se continua hasta que todos hayan hecho su brajá. Entonces se comienzan de nuevo, y la primera persona dice la brajá sobre el vino o el jugo de uva. Y así continuan hasta que el final de la lista.

La asignación tradicional de zejuiot es:
  1. Mezonot  -  paranasá (sustento)
  2. Hagafen  -  shidujim (pareja)
  3. Ha´etz  -  hijos
  4. Ha´adama  -  buena salud, vida larga
  5. Sheakol  -  otros