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domingo, 27 de diciembre de 2009

El 10 de Tevet: Tiempo de Levantar el Sitio


“En el décimo mes, en el décimo día del mes, Nabucodonosor rey de Babilonia se levanto junto con su ejercito contra Jerusalem, y sitió la cuidad, y construyeron un sitio alrededor de ella.” (Jeremías 52:4; Reyes II 25:1).

El 10 de Tevet (domingo 27 de diciembre), es conocido a veces por ser el ayuno más “fácil” de cumplir en comparación con el resto de los ayunos que conmemoran la destrucción del Beit HaMikdash – Templo Sagrado de Jerusalem. En un plano estrictamente físico, es verdad: el ayuno dura únicamente entre el amanecer hasta el anochecer. Y como por lo general concuerda con el solsticio de invierno, el día se hace muy corto. (Lo opuesto es verdadero para aquellos que viven en el hemisferio sur). Y a pesar de esto, en un plano espiritual, el ayuno del 10 de Tevet llega a ser el más difícil de todos, incluso de aquel del 9 de Av, el más conocido y observado a nivel mundial de todos los ayunos concernientes al Templo. ¿Por qué?

El 10 de Tevet marca un comienzo: el comienzo del sitio que llevo a la destrucción del primer Beit HaMikdash – Templo Sagrado de Jerusalem – en el 586 AEC por los Babilonios; se trata del comienzo de un final.

Todos los comienzos se dirigen a algún lado, tienen un objetivo, un final. Y mientras avanzamos por el camino de la vida, cometemos errores, y también los superamos. Para la mayoría de nosotros, cometer y superar nuestras deficiencias, es parte de nuestra lucha diaria que nos ayuda a elevarnos, a acercarnos a D’s y cumplir mejor Sus preceptos. Pero cada error, cada paso en falso que damos es en si mismo un nuevo comienzo. Si no se lo toma en cuenta, si no nos hacemos cargo del mismo, el error de esta mañana necesariamente se convertirá en parte de esa red de errores y oportunidades que perdimos. Al final del día, mientras reflexionamos y nos damos cuenta de estos errores, viene el remordimiento de conciencia. Asimismo, al final de nuestra vida, seguramente vamos a reflexionar sobre como nos fue, lo que hicimos y lo que no, y ese momento estará lleno de remordimiento. Pero, ¿es al final del día el momento correcto para llorar? ¿Es el final de nuestros días el momento para arrepentirnos?

Nuestros sabios nos enseñan que incluso antes de la creación del mundo, D’s creo la capacidad de teshuva - arrepentimiento. De acuerdo con el Talmud, D”s “creo la cura antes que la aflicción”. D”s, en Su infinita sabiduría, sabia de antemano que nosotros aprendemos de nuestras experiencias: el mundo no puede avanzar sin teshuva. El propósito Divino de la creación no se puede realizar sin la capacidad y el esfuerzo por la teshuva – mejorarnos como personas; dirigirnos y acercarnos cada vez más a la voluntad Divina: hacer de Su voluntad nuestra voluntad.

Así que, ¿cuál es el día que merece nuestras lágrimas? ¿El 10 de Tevet, cuando las murallas de Jerusalem fueron sitiadas por primera vez, o el 9 de Av, tres años después, cuando el Templo Sagrado de Jerusalem fue destruido, y sus sacerdotes y vasijas llevados al exilio? El profeta Yrmiahu – Jeremías, advirtió al pueblo de Judea, pero ellos no escucharon. Durante 31 meses se resistieron e hicieron las cosas a su manera, hasta que la calamidad que comenzó con el sitio floreció en el peor de los desastres: la destrucción del Templo Sagrado.

El mes de Tevet nace con la luz de Januca. El Segundo día de Tevet coincide con el octavo día de Januca, llamado Zot Januca. Aun así, solamente ocho días después, caemos en la profunda oscuridad del 10 de Tevet. ¿Cómo tenemos que afrontar este día? Nuevamente suspirando y llenos de remordimiento, o tratando de internalizar la máxima luz posible para relucirla en el día de oscuridad? El 10 de Tevet llega cada año. Esta es nuestra oportunidad para aferrarnos a la oportunidad que nos ofrece de hacer teshuva, de hacer de este mundo un lugar apropiado para la presencia Divina; para reparar la brecha y retornar a Yerushalayim - Jerusalem, con toda su gloria, como la ciudad en la cual la D”s Se posara sobre ella.

jueves, 9 de julio de 2009

Como Sobrellevar el Ayuno

Ya se que llego tarde para este ayuno, disculpadme. La verdad es que suelo tolerar bien los ayunos pero este me esta resultando un poco difícil, y recordando a todos aquellos que llevan bién esto del ayuno, decidí buscar y rebuscar tips, trucos, recomendaciones que quizás no podamos aplicar todos para este ayuno pero si para los siguientes.


Primero que todo conocí acá en Israel unas pastillas que se llaman קל' צום kali tzom tablets, 100% naturales (nunca he sabido a que se refiere ese 100% que leo en muchos productos…). Están bajo la supervisión de Eida Jaredit de Jerusalem. Te tomas dos tabletas con un vaso grande con agua antes de comenzar el ayuno y van genial. Me dicen que se consiguen en Argentina. No sé en otras ciudades pero igual pueden encargarlas a alguien que venga a Israel la próxima vez. Se compran en la farmacia.


Ahora si los tips:


Una Semana Antes:

1. Disminuye las bebidas cafeinadas. La abstinencia súbita de cafeína puede producirte dolor de cabeza. Puedes consumir bebidas descafeinadas. Igualmente baja la cantidad de cigarrillos (si aún fumas), azucares refinados o cualquier comida que consumas compulsivamente.


El Día Antes:

1. Hidratate, la mayoría de las molestias del ayuno no tiene que ver con la falta de comida sino por la falta de agua. La solución es beber tanta agua como se pueda antes de comenzar el ayuno.

2. Evita comer más de la cuenta el día anterior. Muchos piensan que si comen mucho compensaran la no comida el día del ayuno. Esto en realidad te dará más hambre. Haz una comida rica en carbohidratos simples (patatas, arroz), proteínas y grasas. Por el contrario las ensaladas y la dieta rica en fibra no es aconsejable pues tienen un transito rápido por el sistema digestivo.

3. Evita las comidas saladas y condimentadas.

4. las frutas son ricas en agua lo que pueden ayudarte en la hidratación.


El Día del Ayuno

1. Usa ropa cómoda que no te haga sudar, pues así evitaras la perdida de agua

2. Evita hablar y pensar sobre comida, pues esto prepararía a tu cuerpo a recibir una comida que no va a llegar...aún.

3. Toma una siesta en la tarde.


Después del ayuno:

Ahora viene la parte fácil de ayuno!! pero hay algunos puntos a tener en cuenta para no producir un shock en tu cuerpo al comenzar a comer de nuevo,

1. Comienza la comida post ayuno con un vaso de jugo o leche; esto da azúcar a tu sangre y te ayuda a comer más despacio después.

2. Comienza con comida simple: un pedacito de torta de miel, una crackers. Es recomendable sentarse a hacer la comida completa un poco después para que tu cuerpo tengo tiempo de comenzar el proceso digestivo.

3. Toma mucha agua y evita las comidas saladas, pues aun estarás un poco deshidratada.

4. Evita "pegarte el atracón". El cuerpo se protege a si mismo del hambre cuando estas ayunando, bajando el metabolismo. Es decir las calorías que consumas después de ayuno te sera difícil deshacerte de ellas después.


Que tengáis un ayuno fácil!!

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Gracias a chabad.org

martes, 6 de enero de 2009

¿Cuántos ayunos?

Ya que hemos estrenado etiqueta de Ayunos, vamos a aprovechar y haremos un pequeño resumen de los ayunos del año. 


Durante el año hay seis días en los cuales es obligatorio ayunar:


Uno de ellos fue ordenado por la Torá - Iom Kipur


Cuatro fueron establecidos por los Ultimos Profetas (Jagai, Zejariá y Malají): 

el 3 de Tishrei (Tzom de Guedalia), Guedalia ben Ajikám - el gobernador judío de la Tierra de Israel luego de la destrucción del primer Beit haMikdash- fue asesinado, poniendo fin al gobierno autónomo de los judíos.

el 10 de Tevet (Asará beTevet), Nabucodonosor, rey de Babilonia, comenzó a sitiar çjerusalem.

el 17 de Tamuz:(Shivá Asar beTamuz) en recuerdo de la apertura de la brecha en las murallas de Jerusalem durante la época del segundo Beit HaMikdash  y otras calamidades

el 9 de Av (Tishá beAv) fuerón destruidos, con unos 500 años de diferencia, el primer y segundo Templo.


y uno fue introducido por los Sabios luego de la época de los Profetas: el Ayuno de Ester (Taanit Ester). 

domingo, 4 de enero de 2009

Tevet, Mes de amargura


El ayuno del 10 de Tevet inicia mañana, antes de la salida del sol. Es el tercero de los 3 ayunos de este mes y el único publico. Lee de nuevo Como Sobrellevar el Ayuno.

El ayuno del 8 de Tevet en memoria del día que la Torá fue traducida al Griego instancias del rey Talmái (Ptolomeo Filadelfo). Los sabios señalan que ese día (cuando la Torá fué traducida al griego) fue tan calamitoso para Israel como el día en que el pueblo judío construyó el becerro de oro, ya que resulta imposible traducir la Torá correctamente.

El ayuno del 9 de Tevet recuerda las muertes de Ezrá, el Escriba, y Nejemiá ben Jaklaiá, quienes guiaron fielmente a los judíos en su regreso del cautiverio babilónico. Cuando murieron, el pueblo de Israel quedó sumido en un gran desconsuelo, pues su pérdida fue irreparable.

El ayuno del 10 de Tevet, que como ya dijimos es un ayuno para toda la comunidad, Nabucodonosor, rey de Babilonia, comenzó el sitio de Jerualem durante la época del primer Beit HaMikdash. El sitio se prolongño por 3 años consecutivos hasta que finalmente logró abrir una brecha en las murallas de la ciudad el día 9 de Tamuz

viernes, 10 de octubre de 2008

¡Pido Gancho!

Este post debía llamarse “post Iom Kipur”, pero la editora me dijo que ya era suficiente, que todos entendieron el jueguito de palabras y que tenía que esforzarme un poquito más y encontrar un título con gancho, lo que he cumplido al pie de la letra.

Pero vayamos al tema que nos ocupa: Iom Kipur. Este año llegué muy inspirada al día del juicio. En rosh Hashaná, como ya lo conté, me sentí muy conectada y tenía la sensación de que en Iom Kipur iba a poder repetir la experiencia.

Había organizado todo, empezando por los horarios en los que iría al beit hakneset hasta las actividades y comidas para mis hijos, pero en lo que evitaba pensar era en un pequeño detalle que podría haberme desmoralizado: soy pésima con los ayunos. He tenido algunos ayunos malos y otros muy malos, eso es todo. Pero a pesar de esto, un espíritu de optimismo absurdo se apoderó de mí y pensé que esta vez podía lograr pasarlo dignamente.

Cuando volví del rezo de la mañana ya me dolía la cabeza. Cuando se hizo la hora del rezo de la tarde, ya no tenía cabeza. Más obstinada que sensata, fui al beit hakneset diciéndome a mi misma que todo es una cuestión de actitud, y que si dejaba de pensar que me sentía mal, me dejaría de sentir mal.

Me había preparado en especial para el rezo de Neilah, había escrito en lápiz los nombres de las personas por las que quería hacer tefilá, había estudiado su significado, había estado esperando acompañar a Hashem hasta su Trono para despedirlo. Pero a medida que el rezo avanzaba, yo retrocedía. Las letras se mezclaban y ya no sabía lo que estaba diciendo… sentía frío… después calor… después transpiraba… después tiritaba. Faltando cinco minutos para el final tuve salir para que los niños no me señalasen durante todo el año, al grito de: “la que se desmayó en el shul”.

No podía creer lo que me estaba pasando, en el momento más importante del año, en el que tendría que haber estado ascendiendo al séptimo cielo, yo estaba dirigiéndome al séptimo suelo. Y ahí fue cuando pedí gancho, cuando pedí pido, desde la puerta del ezrat nashim pedí que me alcanzasen las fuerzas para llegar al último “Hashem Hu aElokim” a presentarle mis pedidos a Hashem, y cuando llegué, cuando estuve frente al kise a Kavod, lo único que recuerdo haberle pedido al Rey del universo fue… una silla, por favor. 

martes, 7 de octubre de 2008

Pre (y no post) Iom Kipur

Todavía no entramos en Iom Kipur y sin embargo yo ya voy a hablar del último momento de ese día. Y no estoy aludiendo al instante en el que nos tiramos sobre la mesa servida y devoramos la comida como si no hubiésemos comido en todo el día, sino que me estoy refiriendo a su desenlace: el rezo de Neilah.

La Rabanit Iemima Misraji explica en una clase lo siguiente: Hashem nos regala un día entero, y dentro de ese día, quince minutos, y dentro de esos quince minutos, un instante con una fuerza única. Dice el Rama en la Mishná Brura: Siete veces se repite, al final del rezo de Neilah, la frase: “Hashem Hu aElokim” ¿qué son esas repeticiones se pregunta. Y responde: durante todo el mes de Elul, durante todo Iom Kipur, Hashem estuvo entre nosotros, pero hacia el final del día, Hashem regresa a su “casa”, a lo que es denominado “el séptimo cielo” y cada vez que decimos “Hashem Hu aElokim”, Él se eleva un nivel, hasta llegar al último.

La rabanit continúa diciendo: No lo dejen ir, vayan con Él, asciendan en su imaginación cada uno de los siete niveles, y cuando estén en el último, estarán frente al kise aKabod, estarán en el nivel más alto al que se puede acceder, y es en ese lugar y en ese momento en el que hay que pedir por aquello que parece estar negado en nuestras vidas, por aquello que lloramos, por aquello por lo que pedimos brajá y hacemos segulot.

Es un sólo instante en todo el año, intentemos vivirlo, no lo dejemos escapar.

Gmar jatimá tová.

miércoles, 16 de julio de 2008

Ojos que no ven

El otro día un cliente me pidió que le explicase por qué había elegido para su libro esa tipografía y no otra. Le dije que para libros uso garamond o palatino, que las voy alternado, y que esa es la que había tocado por turno. Seguramente estaba esperando algo más recóndito, y les aseguro que si la Torá no me prohibiese mentir, hubiese tenido por lo menos tres explicaciones sofisticadas. Ese entrenamiento lo recibí en la escuela de diseño, en donde nos hacían explicar nuestros trabajos: por ejemplo, si teníamos que diseñar un logo para un hipódromo, cuando presentábamos nuestra propuesta debíamos revelar por qué misterio del universo habíamos elegido la imagen de un conejo. Lo que en realidad hacíamos era hacer el diseño que se nos antojaba y luego inventar una conexión con el tema. En el mundo de hoy nadie se espanta por eso, es habitual que a algún artista plástico se le ocurra realizar una instalación disparatada en el medio de la ciudad, consiga como sponsor a una casa de pintura dispuesta a deshacerse de sus desechos tóxicos, sume dos mas dos (aparte de artista, matemático), decida pintar el río de azul, y sólo después empiece a buscar una causa con la que justificar semejante despropósito. Si se decide por la opción ecológica, cambia el color azul por verde, si opta por la opción bíblica, lo cambia por rojo, pero la pura verdad es que el río termina teñido sólo por las intenciones escandalosas de un admirador de Andy Warhol.

Estamos acostumbrados a que las cosas carezcan de sentido, y así lo acepta nuestra mente moderna. Pero sería un anacronismo pensar que algo así pudiese haber sucedido hace cinco mil años, y también digo dos mil, y también digo quinientos. Así que les pido que antes de seguir leyendo, saquen de sus corazones esa idea. El sentido de las cosas viene a priori y no a posteriori ¿estamos de acuerdori?

Se acerca el período denominado bein hametzarim, que se podría traducir como “entre límites” o “entre estrechos”, en el que el pueblo judío acostumbra a disminuir la alegría y a aplicar leyes de duelo. Este período empieza con el ayuno del 17 de Tamuz y va incrementando sus aflicciones hasta el ayuno del 9 de Av.

El día de Tishá be Av, se lee el libro de las Lamentaciones (Ejá), en este libro queda registrado que los sufrimientos del 9 de Av son una retribución directa por el pecado de los espías (meraglim), cuyo mal informe acerca de lo que vieron de la Tierra de Israel produjo una noche de llanto. Ese llanto (en vano) le fue restituido al pueblo de Israel, medida por medida, por lo que deberemos repetirlo a través de las generaciones. Los capítulos de este libro siguen el orden del alfabeto hebreo, pero en cuatro capítulos encontramos que la letra “ain” cambia de lugar con la letra “pe”. Y es aquí en donde empiezo a exprimirme la memoria para intentar reproducir una pizca de lo que mi marido escuchó el año pasado en un shiur del Rab Moshe Shapira.

Es imposible pensar que el profeta Jeremías (a quien se le atribuye el libro de las Lamentaciones) haya decidido intercambiar el orden de estas dos letras si esto no viniese a enseñarnos algo. Y esto es lo que nuestros Sabios explican: En hebreo “ojo” se dice “ain”, y “boca” se dice “pe”.Los meraglim invirtieron el orden correcto de percepción, antepusieron sus bocas a sus ojos. En otras palabras, vieron lo que quisieron. Distorsionaron la realidad.

Los ojos del hombre están para percibir el mundo. El ojo tiene que venir antes que la boca.
El hombre moderno asume como algo natural el saber de antemano el resultado. Pero están equivocados, invierten el orden de percepción. (hasta aquí lo que recuerdo del shiur)

Lo que concluyo es que el ojo y la boca deben estar sincronizados para llegar a la respuesta correcta en el momento justo (no siempre quince minutos después), para captar las indirectas antes de meter la pata, para encontrar la llave antes de llamar al cerrajero. Es sabido que uno tiene que pensar y después actuar, y que para tomar una decisión uno debe evaluar las circunstancias. Debemos ser conscientes de la gravedad de invertir el orden, de funcionar como un reloj atrasado e intentar entender las cosas en retrospectiva.

Ya en un post me había planteado esto, en otro propuse algo diferente, y finalmente, hoy, la Torá me mostró la respuesta. Si hubiese antepuesto mis ojos a mi boca hubiese evitado tanto desconcierto.