lunes, 2 de febrero de 2009

¿Qué viene primero: el Templo o el Mesías? Tercera (y última) Parte

Vimos en el post anterior que según Maimónides, la obligación de cumplir con los preceptos Bíblicos no depende de la llegada del mesías, por lo que el Templo podría ser reconstruido antes su llegada.

De la misma manera, si Israel no construyó el Templo hasta el momento en que el mesías llegue, Maimónides explica que una de sus funciones va a ser construirlo, como especifíca en su tratado de “Leyes de Reyes”:

“En el futuro, el mesías, Rey de Israel llegará… y construirá el Templo… y todas las leyes se reinstituirán como en los días de antaño: se traerán sacrificios, se cumplirá el Shabat y el año de jubileo (Iobel) será adherido como está especificado en la Torá… y él se ocupará de supervisar que todo Israel cumpla estas leyes”.

En resumen, vimos que según la Halajá (ley) judía, está permitido, y es una mitzvá (precepto) construir el Beit HaMikdash – Templo Sagrado de Jerusalem, incluso antes de la llegada del mesías. Entonces, ¿por qué no lo reconstruimos?

Porque el tema no se reduce a reconstruir “a la fuerza”. No se trata tampoco de un problema de dinero, o político. Una casa puede ser un montón de ladrillos, o un hogar lleno de Luz y Bendición… pero la diferencia la hacemos nosotros. El Templo físico puede sin duda ser reconstruido en cualquier momento, pero el Templo que D”s Nos encomendó, además de ser una construcción física, es una entidad espiritual, donde Él posa su Divina Presencia.

Rabí Yojanan explica que “En cada generación que el Templo no fue reconstruido, es como si se destruyó nuevamente”. (Yerushalmi, Taanit). De aquí se aprende que si hasta hoy en día no se ha reconstruido el Templo, es por responsabilidad de cada uno de nosotros. Por qué? Porque no hemos hecho Teshuvá (arrepentimiento). Porque cuando nos hablan de Teshuvá, del Templo y la responsabilidad de cada uno de nosotros de volver a nuestras raíces, nos damos vuelta como si no nos hablaran a nosotros, preguntamos: ¿Por qué yo? ¿Por qué me señalas a mi?

Porque un mundo con Templo, es un mundo de amor, donde la Presencia Divina no pasa desapercibida. Un mundo con Templo es uno lleno de moral, valores y respeto: el ladrón ya no podrá robar, ni el asesino cometer crímenes.

Entonces yo les pregunto: ¿ustedes quieren Templo? ¿Quieren ese compromiso con la vida, con D”s? Si la respuesta es positiva, los invito a cuestionarse: ¿qué estoy haciendo yo por la reconstrucción del Templo?

Cortesia del Majon HaMikdash - Instituto del Templo

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