Ayer fuiste temprano al supermercado.
En la caja viste a una señora pagando la revista.
Gritaste de alegría.
Así de vergonzoso fue:
Un escándalo mientras mirabas por arriba y por abajo el paquete;
le calculaste más de dos kilos.
Y para hacer la escena todavía más divertida,
en ese mismo lugar una vecina buscaba la revista de la competencia,
y vos tuviste el descaro de animarla a la otra.
Para rematar,
en la cola apareció tu hijo para pagar una gaseosa
y para presenciar todo.
Hoy no te avergonzás ni un poco, caradura:
querés disfrutar todo:
El orgullo que te dan esas más de mil páginas que serán leídas en cientos de sucot
alrededor de todo el mundo.
La alegría de ver que tu nombre aparece por ahí algunas veces.
Y la alegría todavía mayor al saber que de cada página podés contar una historia.
Tenés más de mil historias para contar
y todas son de superación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me gusta charlar con ustedes por acá. Gracias por comentar.