Le diste de comer pepino
a un perro
que merodea la oficina.
Comiste pizza,
dejaste en el plato la ensalada.
Te visitó una amiga
a quien despediste rápido
mientras averiguabas
si los avisos habían llegado.
Durante el día
contaste varias veces en voz alta,
señalando la pantalla
o una lista en papel
resaltada en rosa fosforescente.
Te dormiste
el primer día de Rosh Hashaná.
No escuchaste el Shofar temprano.
No dejaste
que eso te arruine el día.
Ni un minuto angustiada
por haber fallado.
Si algo no había salido
como debía,
ahí,
aún más,
te sentiste querida.
No hay con Él
strings attached.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me gusta charlar con ustedes por acá. Gracias por comentar.