El juego se llama "A ver qué siento, a ver qué pienso, a ver qué hago" (ASAPAH).
Las reglas del juego ASAPAH son:
El juego se juega disfrazado.
Se recorren casilleros. Los primeros se saltan jugando, cayendo y viendo cómo todos alrededor reaccionan asustándose cuando el jugador tropieza y aplaudiendo cuando se levanta y da sus primeros pasos. En el casillero cinco comienza el desafío "A ver qué siento, a ver qué pienso, a ver qué hago" cuando se le pide esperar dos minutos para recibir un caramelo. Ahí se pone a prueba la paciencia y la persistencia hasta que los demás obstáculos cedan y le permitan disfrazarse con el saquito amarillo, el sombrerito verde y los zapatos rojos.
A la altura del casillero trece, el camino se desbarajusta y se bifurca en infinitas opciones. Los dados caen sobre el tablero y guían al participante, que aún no comprende del todo hacia dónde se dirige. En ese momento, se presenta el verdadero reto: a ver qué siente, qué piensa y qué hace cuando se cruza con una crítica, una duda, un exceso, una falta, un deseo, un rechazo o una envidia, mientras decide qué disfraz utilizar para enfrentar cada situación.
Al llegar al casillero veinte, sin importar cuál haya sido el recorrido, el jugador se encuentra frente a un espejo y comienza a percibir el disfraz con el que recorrerá el resto del camino. Hasta el casillero cuarenta, el desafío "A ver qué siento, a ver qué pienso, a ver qué hago" se intensifica cuando aparecen el poder, la belleza y el dinero en su recorrido. A partir del sesenta, el jugador carga con muchas capas de ropa, y cada paso lo invita a seguir explorando quién es bajo esos disfraces.
A partir de ahí, el juego se vuelve indescriptible. Cada casillero desprende infinitas reglas que dependen de lo que el jugador siente, piensa y hace, y del disfraz que cambia constantemente. En cada casillero, se pone a prueba la capacidad de reconocer y navegar las emociones y pensamientos que surgen ante cada desafío.
El clímax del juego llega en el último casillero, donde el jugador descubre que debe dejar su disfraz atrás antes de dar el último paso. El último tiro lo saca del tablero.
En este juego, ganan todos.
PD: En Purim hay que tomar hasta no diferenciar a Hamán de Mordejai. ¿Qué significa eso? Que debemos entender que Hashem está detrás de todo y que todos, absolutamente todos, llevamos disfraces.
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