lunes, 4 de noviembre de 2024

Soy un Cliché

Mi vida es la representación de esa historia del hombre que sueña con un tesoro escondido detrás de un puente. El pobre soñador viaja, no encuentra nada, y cuando finalmente se recuesta a dormir, sueña que el tesoro estaba en su propio jardín. Como quien dice, dio toda la vuelta para terminar en el punto de partida.

Lo sospeché desde el principio, pero como buena terca, tenía que aprenderlo por las malas: Hashem te pone cerca de lo que te hace feliz, pero nosotros insistimos en buscar en el otro lado del mundo.

Pero uno huye de esas cosas como si quemaran. No sé por qué existe esa fantasía de grandeza, como si quien sale del barrio fuera más valiente que quien se queda. La contracción, el quedarse quieto y en el mismo lugar toda la vida, también implica un gran desafío.

Yo me fui a buscar el tesoro de la felicidad afuera, cuando era un secreto a voces que estaba en casa. En ese trabajo interior que se hace entre cuatro paredes, en esa introspección que solo florece en la quietud. Sí, podés ir a la oficina - el mundo moderno tiene sus demandas - pero hay algo especial en quedarte en casa, en ese espacio donde el crecimiento espiritual y mental encuentra su mejor tierra para echar raíces.

Y hablando de casas, hoy vuelvo a este caserón olvidado a ver si lo ventilo un poco. Me di cuenta de que no estaba escribiendo porque no tenía dónde publicar (la página de Extrañas en el Paraíso decidió mudarse sin avisarme). Así que aquí estoy, abriendo ventanas que llevan cerradas catorce años, curiosa por descubrir cuánto queda de aquella Judi que solía caminar entre estas paredes, y cuánto ha cambiado desde entonces.

Vengo a contar dónde encontré esa felicidad que tanto busqué, y quizás a sorprenderme al descubrir que soy al mismo tiempo igual y completamente diferente a quien era. Como si el tiempo fuera un espejo que refleja dos imágenes superpuestas: la que fui y la que soy.

Quizá tenga suerte y encuentre un tesoro en el lugar que dejé. Después de todo, a veces necesitas dar toda la vuelta al mundo para apreciar lo que siempre estuvo ahí.


Elisheva, Debbie, Malka: mis compañeras del Rimón, ¿se animan a volver a casa? Y Caro, Andi: mis compañeras en Extrañas, que hicieron del paraíso un lugar menos extraño...  Las puertas están abiertas, el mate está listo, y hay historias nuevas para contar.

2 comentarios:

  1. La misma de antes, solo el tiempo nos enseńa mas que nada en este mundo

    ResponderEliminar

Me gusta charlar con ustedes por acá. Gracias por comentar.