miércoles, 27 de noviembre de 2024

El Gabbai que dijo Oish


Hoy, en el Kav Habitachon, escuché una historia sobre el Rab Don Segal, quien llegó al aeropuerto con su gabbai cuando sucedió algo inesperado: el pasaporte del gabbai había expirado.

En medio de la frustración, el gabbai dejó escapar un "oish" que resonó como un suspiro existencial. El Rab Don Segal se detuvo inmediatamente.

"Prohibido decir 'oish'", sentenció, o algo por el estilo.

La palabra no es solo una expresión de disgusto, sino una negación sutil de la providencia divina. Cada "o-i-s-h" es un cuestionamiento silencioso al plan perfecto de Hashem, como si ese sonido pudiera desafiar la orquestación cósmica de cada momento.

Si la vida fuera una película, el "o-i-s-h" sería el momento en que el protagonista mira a la cámara y dice: "Esto no estaba en el guion". Pero en la película divina, cada escena tiene un propósito, aunque nosotros no siempre captemos el libreto completo. Es como si Hashem fuera un director que sabe exactamente por qué necesita ese plano aparentemente absurdo.

El "oish" representa la incapacidad humana de comprender la profundidad del designio divino. Es un instante de debilidad donde dudamos que cada detalle de nuestra existencia esté cuidadosamente diseñado con amor infinito, sabiduría absoluta y propósito trascendental.

Cada aparente contratiempo es, en realidad, una manifestación de la voluntad divina, un mensaje oculto que solo se revela a quienes tienen la capacidad de ver más allá de lo inmediato. 

Imagina un universo donde cada detalle está tan calculado que hasta un pasaporte caducado tiene un mensaje secreto. No es casualidad; es providencia con guion de comedia inteligente. El Rab Don Segal nos recuerda que, a veces, Hashem nos está haciendo un guiño, y nosotros lo interpretamos como un problema.

La próxima vez que sientas la tentación de soltar un "ooooiiiiissshhhhh" (imagínalo con la dramatización de un actor de tragedia griega), recuerda: lo que te parece un error podría ser una coma en la oración de tu vida.

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