¿Qué falta en nuestra vida, y que le falta al mundo cuando el Templo no está? Esta es la pregunta que deberíamos hacernos, mientras intentamos profundizar en la importancia del Beit HaMikdash – Templo Sagrado de Jerusalén.
“Grita de júbilo y alégrate, hija de Sión: porque yo vengo a habitar en medio de tí” Zejariá (Zacarías) 2:14.
En este versículo, D´s alienta al pueblo de Israel y Les dice que se alegren, que el día en que se reconstruirá el Templo no esta muy lejos, y junto con la reconstrucción, la Presencia Divina volverá a revelarse.
Hay algo muy fuerte, muy esencial en las palabras del Profeta: el anhelo por la reconstrucción del Templo esta intrínsicamente ligado al anhelo por el retorno de la Presencia Divina. Los alienta para que el anhelo, la llama que arde en cada una de nuestras almas, no se extinga. Para que no olvidemos y nos dejemos engañar: el Mundo sin Templo es un mundo en oscuridad.
¿Acaso un mundo en oscuridad significa que no hay Providencia? ¿Significa que D´s nos abandonó?
Está escrito en el Cantar de los Cantares, 2:9
“Helo aquí, está tras nuestra pared, mirándo por las ventanas, atisbando por los recovecos”.
D´s nos está cuidando constantemente, y esta es una de las bases fundamentales de nuestra fe. Es verdad que no siempre nos sentimos “conectados” o que D´s está con nosotros. Estas son las veces que sentimos el ocultamiento de la Presencia Divina. Y sobre esto escribe el sabio rabino Seadia Gaon en su libro Ismaj Moshe, que el versículo “Mirando por las ventanas” representa la Providencia al descubierto, a través de milagros; y que “Atisbando por los recovecos” significa una Providencia oculta, pero oculta no significa inexistente: D´s nunca abandona a Sus criaturas. Es como una persona que está mirando a través de su ventana a las personas que caminan por la calle. Él nos puede ver, y nosotros a él. Pero hay veces que D´s decide “Atisbar por los recovecos” – Él nos sigue viendo, aunque nosotros no a Él. Y esto nos puede llevar a sentir (pero es solo una sensación…) que D´s esta lejos nuestro.
No hay nada más difícil, no hubo momento mas terrible que aquel cuando D´s le dijo a Moshe (Moisés) que “Aquel día Yo Ocultare Mi rostro” (Ierushalmi Sanedrín 51). La Guemará (Rosh HaShaná 30:1) describe de que manera se iba haciendo más evidente el ocultamiento de la Presencia Divina al mismo tiempo que se acercaba el momento de la destrucción del Templo.
En especial en estos momentos, hay que hacer Tefila (orar) y esforzarnos para que el Templo se reconstruya, y la Presencia Divina repose en Jerusalén.
Ocultamiento NO ES ABANDONO. A lo mejor se espera de nosotros que nos esforcemos en encontrarLo….
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Con el permiso del Instituto del Templo
Estamos en una época oscura donde los que no vemos somos nosotros...
ResponderEliminarMuy bueno!!!