Estás enojada.
Hace mucho que no estabas enojada.
Te enoja una persona,
te enoja una situación,
y por sobre todo te enoja la sensación corporal
que, de tan lejana, te parece extraña.
Te preguntaste si el temblor era hambre,
pero comiste
y no, no era.
Te pregutaste si era frío
y si, un poco era,
pero te abrigaste y el temblor no pasaba.
Te preguntaste si venía de tu casa,
pero no,
todo estaba tranquilo,
Te preguntaste todo eso sin necesidad,
porque sabés qué es lo que te hace temblar:
son tus huesos que tiritan cuando te irrita
aceptar tu condición humana.
Que algo te dé rabia,
o te parezca injusto.
Y no saber qué hacer con eso
¿hablar?
¿cerrar la boca?
Mirá si vos vas a saber vos lo que Hashem quiere.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me gusta charlar con ustedes por acá. Gracias por comentar.