Otro tour

En un blog, lo que se escribió hoy se lee antes de lo que se escribió ayer y eso puede crear problemas de continuidad. Por ejemplo, si alguien entrase por primera vez a un blog de cuentos infantiles podría entender que a caperucita la salvó el cazador, pero luego se la comió el lobo; o bien que había una vez un hermoso cisne que se paseaba por el lago, pero después tuvo que alejarse de todos porque se transformó en un patito feo. Por eso el que no haya pasado por acá podría preguntarse quiénes son estas personas con cámaras fotográficas y gorros con visera. Los turistas siguen por aquí porque todavía hay algo que quería mostrarles, así que por favor, llamen al que está sacándole la foto al personaje pintoresco porque se va el micro, seguimos con el tour.

Cuando uno comienza a plantearse seguir el camino de la Torá se genera una revolución interior que nos podría dejar temblando si no fuera porque el cataclismo en nuestro entorno nos mantiene ocupados consolando a nuestros parientes, dándole explicaciones a nuestros amigos y recibiendo la condolencia de los vecinos.

Justo cuando nos empezamos a tomar la vida en serio se nos acusa de inmaduros, cuando descubrimos la riqueza de la Torá se nos tilda de pobrecitos y cuando nos hacemos cargo de nuestras decisiones se nos culpa de escaparnos de la realidad. A nadie le pareció incorrecto cuando decorábamos nuestra habitación con la imagen de Curt Cobain, nadie vino a preguntarnos por qué admirábamos a un drogadicto suicida, pero apenas sacamos la primera tachuela para descolgar su póster nos rodearon los dedos acusadores cuestionando nuestra nueva admiración por el Jafetz Jaim (lehavdil elef avdalot).

Nos acorralaron con preguntas capciosas: -¿pero vos sos religiosa o no sos religiosa? digo… porque no atendés el teléfono en shabat, pero usás pantalones. Recurrieron a la culpa -¿no vas a comer la comida que yo preparo? ¿Qué tiene de malo saludar a tu tío con un beso? Y por último nos dejaron con la boca abierta con sus descalificaciones graciosas: -Con ese gorro en la cabeza parecés el papa. –Escucharte rezar en hebreo es una tortura china.

Yo entiendo que el camino del baal teshuvá es difícil de comprender, porque por algún tiempo la vieja vida queda superpuesta a la nueva y eso genera desconcierto, pero los baalei teshuvá somos como la piedra que está siendo tallada, en donde la escultura final está escondida y se va revelando de a poco entre las aristas que no han sido modeladas.

La teshuvá es un proceso, no es un producto terminado, vamos hacia allí, pero no hemos llegado, y en muchos casos lo mejor que podemos pedir es que nuestro camino sea largo.