lunes, 9 de agosto de 2010
jueves, 5 de agosto de 2010
La Montaña Rusa (Post de Johana)
B”h puedo hablarle a mujeres como yo que atravesaron un proceso de cambio único y decisivo en nuestras vidas - la TESHUVA- , acercándonos a la verdad y al creador del universo. La mayoría de nosotras tuvimos a nuestra familia (lo mas sagrado) en contra diciéndonos que nos estábamos equivocando y que podíamos cometer una locura. Pero ahí estaba ÉL agarrándonos fuerte y ayudándonos a salir de cada prueba y prueba, llenándonos la vida de “milagros” imposibles de olvidar. Y ese espacio vacío , nuestra ALMA, comenzaba a llenarse y empezábamos a darle sentido a esta vida llena de materialismo y mentiras. Sentíamos una guerra interna entre la maravillosa sensación que reposaba ya en nuestra alma contra todo lo aprendido e inculcado por las personas que nos educaron con tanto amor y dedicación. Ese nuevo mundo y antiguo a la vez , que nos alegraba por dentro y fuera y nos iluminaba el rostro.
Sigamos…luego llegamos a la cima de la felicidad, ya decididas y entregadas a “la verdad”. Algunas nos casamos para formar un bait neeman be Israel, las que ya lo estaban tuvieron mas hijos, cambiaron a sus hijos a un colegio con valores judaicos verdaderos . Y todo siempre acompañados por el ejemplo de los rabanim, tzdikim verdaderos, que añorábamos llegar algún día formar un hogar lleno de kedusha y con la shjina (presencia divina) o un “beit a mikdash”, como el de ellos
Luego : comenzábamos a DAR como recibimos a gente que se estaba acercando, y preocuparnos por cada iehudi y iehudi, sufriendo por los “alejados “, tratando de dar el ejemplo para que vuelvan al camino , sintiendo AMOR por cada integrante del pueblo de Israel y por la Tierra. Ese espacio, nuestra ALMA seguía llena todavía y nos amoldábamos reincorporando a nuestras vidas cosas que creíamos eran prohibidas y elegíamos nuestra línea dentro de tantas líneas.
Y al fin llegamos a la segunda etapa , la que no llego todavía siga disfrutando, pero la que ya llego ATIENDAME: ETAPA DE CAIDA ESPIRITUAL
Esta escrito en los libros que todo baal teshuva pasa por esta difícil etapa y puede ser en distintos grados: leve, moderada o severa .
- Síntomas :
1- tristeza, aburrimiento y depresión (no se asusten)
2- dificultad y nuevos yetzeres en mitzvot como TEFILA (nos cuesta rezar y sentimos que nuestras tefilot vuelven vacías). SHABAT (no sentimos la kedusha como la de hace un tiempo atrás , no sentimos descanso espiritual) TZNIUT (nos vemos feas, queremos cambiar el look por algo mas moderno)
3 - y el síntoma mas importante: NOS SENTIMOS LEJOS DE HAKADOSH BARUJ HU, ese que nos sacaba de cada prueba y prueba y hacia milagros en cada momento sentimos que NOS ABANDONO!!! Si, nuestro padre se aleja para que nosotras lo busquemos por nuestros propios medios.
Si esos son tus síntomas, no te avergüences!!! Repito: está escrito en los libros sagrados que en el proceso de teshuva hay que pasar también por la CAIDA.
- Diagnóstico: SINDROME del VACIO INTERIOR .
- Pronóstico: si no lo tratas pronostico reservado PERO…. si lo tratas bien, esto es bueno!- presta atención: se puede llegar a un nivel altísimo, se llega al SHLEMUT (plenitud ) y ALEGRIA para la eternidad!!.. – (tercera etapa)
- Tratamiento:: crecimiento interior, RE-BUSQUEDA del CREADOR del UNIVERSO
- Efectos adversos del tratamiento: Puedes cambiar tu linea a una linea de jasidut
B"H que en este jodesh Elul podamos tener el mérito de acercarnos a HaShem por medio de la TEFILA, TESHUVA Y TZEDAKA. Para teshuva y tzedaka hace falta TEFILA y para la TEFILA misma hace falta pedirLe a HaShem poder hacerla todos los dias con el corazón.
Comentario: algunos fragmentos fueron extraídos de charlas con mi colega y amiga la Rabanit J. K. J
martes, 3 de agosto de 2010
Shalom!!! (ya era hora de un post de Margalit)
Bueno realmente no sé por dónde comenzar..... Quizás la mejor manera sea presentándome: Soy Margalit Bat Abraham Abinu, Bat Sara Imenu... Si soy gioret, Baruj HaShem!!! Privilegios si los hay.....
Muchas veces nos preguntan –a mi esposo y a mí (él también es ger, el giur lo hicimos juntos después de casados)- ‘¿qué te lleva a cambiar de ‘religión’?’....
Es una pregunta fácil.... difícil... nueva y antigua, reiterativa y aislada... Para mi, para nosotros, es ‘la’ pregunta.
Como bien me dijo alguien: ‘No se amanece un buen día y se decide hacerse judío, así porque sí’.... En mi fue un proceso de años, de decantación y de desencanto, de luchas conmigo misma y con los de afuera.... fueron años de preguntarme: ¿y qué hago ahora frente a esta VERDAD? Muchas veces la disfracé, otras la enfrenté y me enojé con ella porque tiraba al piso mi castillo-refugio.... Pero cuando no di más.... Cuando lloré toda una noche y empecé mi duelo y despedida de mis antiguas tradiciones y.... relaciones..... HaShem estuvo ahí.... Y me hizo tomar de la mano de dos personas que nos entendían muy bien (no se olviden: mi esposo también estaba en pleno proceso): nuestros Avot: Abraham y Sara..... Por eso cada vez que hago Tefila en los Pesuke beZimra y llego al relato agradecido del cambio de nombre de Abram por Abraham sé lo que se siente.... esa letrita ‘h’ es todo un universo escondido y revelado... En esa letra radica el cambio... En esa letrita estamos ¡¡todos!! Baruj HaShem!!!
A partir de ese momento empezamos el camino que nos llevaba a nuestro hogar, a nuestra ‘familia’... A ustedes....
Hubieron quienes nos recibieron y ayudaron y apoyaron (nuestro Knis de ‘nacimiento’, mi mora Devora, mis javerot de estudios).... Fue un proceso donde no faltó nada y donde siempre estuvo presente que queríamos ser.... iehudim... simple, sencilla pero verdaderos y reales iehudim...
A la pregunta del millón, la que se hace siempre: ‘¿Por qué quiere cumplir 613 mitzvot cuando con 7 (Los preceptos Noádicos) usted ya estaría cumpliendo su parte?’ Contesté: ‘Si usted tuviera una mesa servida, llena de manjares... ¿se conformaría sólo con una muestra de ellos?’. Quien me la hizo me sonrió y ahí empezó todo.
Fue maravilloso estudiar y.... poner manos a la obra. Nunca me costó el cubrirme la cabeza ni el tema del cuidado del tzeniut... Bueno si, me costó porque mi alma guaraní necesitaba de colores estridentes y de muchas flores!!! Pero... ¿qué es esto frente a todo lo que recibimos a cambio? ¡¡
El broche de oro de nuestro giur, fue llegar a Israel. El broche fue estar frente al Beit Din y responder las preguntas y recitar el Shema con el corazón en la boca. El broche estuvo en Beersheva donde pasamos por Tevila y fuimos recibidos como ‘hermanos’ y recibimos nuestro nuevo nombre. El broche estuvo en Yerushalaim donde el Rab Eliahu Birinbaum –siempre tenga semajot!!- nos casó ese 26 de Tishrei 5763. El broche estuvo cuando pudimos llegar a Hebron, Ir HaAvot, y estar frente a quienes nos ‘dieron’ su nombre para que no estuviéramos solos.... sin un ‘antes’, sólo con el ‘después’.
¿Qué más puedo añadir? Valieron la pena cada lágrima, cada risa, cada renunciamiento, cada subida y cada bajada. Porque después de todo como dice Rabenu HaKadosh, Rebe Najman miBreslov –z”l-, NO EXISTE TAL COSA COMO
Quiero sólo agregar que les agradezco: Jana, Judi, Debbie y todas las demás porque..... ustedes, sin saberlo son el lugar donde todas nos encontramos: las amamos y necesitamos. KADIMA!!! Y.... JODESH ELUL lleno de semajot y preparadas a recibir al Melej que sale al Campo.... Berajot!!!
martes, 27 de julio de 2010
Hitbodedut
lunes, 26 de julio de 2010
Añorando la cresta de la ola (un post de Andi)

Ayer tuve unos pensamientos interesantes en mi insomnio que se disolvieron con la luz de la mañana. Algo acerca de cuando éramos chicos y jugábamos a barrenar olas con aquel barrenador blanco de tergopol. Y pensaba qué divertido era TODO. Esperar que venga la ola perfecta, grande, barrenarla, quedar sacudidos por otras olas y finalmente terminar comiendo arena en la orilla descostillándonos de risa para entrar de nuevo. Y cuando estuve en Puerto Escondido fue igual. Me acuerdo de que las olas te sacudían hasta escupirte en la orilla y no podíamos parar de reír.
Y pensé todo esto porque antes se me cruzó una típica imagen mía de estos últimos años: unos ratitos de iluminación, superconectada, re-tzadeket, barrenando la ola a lo pantera rosa antes de pegarse con el palo, y yo antes de quedar comiendo arena. Y todo el tiempo que estoy tirada, caída, no sólo me pregunto cómo llegué hasta aquí, sino que extraño barrenar la ola perfecta. Y llego al punto en que el agua me da miedo y me parece que está un poquito fría y me puedo quedar tanto pero tanto tiempo añorando la cresta de la ola, que me termino alejando de ese mar que cada día me resulta más distante.
Y aquí estoy: muerta de aburrimiento, sitiada sin saber que estoy sitiada. Y habiendo olvidado y sepultado en mi interior a la niña que simplemente TODO le parecía divertido. No solo barrenar. También sacudirse, también caerse.
Entonces cuando la semana pasada vi un video y unas fotos de mi misma de estos últimos meses, me horroricé pensando: ¿¿¿quién es esta señora???? ¡¡En qué me convertí!! Para luego echarle la culpa a la peluca, a mi ropa de preceptora, a mi teshuvá, a mis 40 años y a todo lo que se me ocurrió en ese momento. Cuando en realidad esa señora es la que se olvidó a la niña en la playa hace mucho tiempo. Y toda vez que alguien aplaudía para recordarle o preguntarle: ¿Esta niña es suya? La señora la miraba extrañada preguntándose cómo puede ser que todavía no le hayan puesto a esa niña una chapita con su nombre y su número de carpa para que cuando se pierda pueda volver a su lugar, con sus papás.
Be´ezrat H" que pronto todas podamos volver a casa, con nuestro Papá y nuestras niñas reveladas en los rostros y en la risa a más no poder.
jueves, 22 de julio de 2010
Somos siempre las mismas
Estamos trabajando
lunes, 19 de julio de 2010
domingo, 18 de julio de 2010
Multa de 500 Shekels ... ¿A mí? (un post de Johanna)
jueves, 15 de julio de 2010
Bitácora de Aliá II
La mesa de mi bobe.
Estos días leí que a algunos Tzadikim los enterraron con sus mesas.
Esas mesas llenas de Toire, eran sus testigos fieles de amor y fidelidad a HaShem...
Le digo a mi esposo, le cuento, no se qué hacer con la mesa de mi bobe...
Le cuento lo que leí y me mira, no entiende, qué querés hacer?
Quiero saber dónde va a estar la mesa de mi bobe, para que después de los 127 años...
Me encantaría ser tzadeket... y que esta mesa...
Mi esposo no tuvo palabras, mejor, por las dudas...
Surgen cosas tan insólitas en estos días, con los objetos, con la gente y viceversa...
Hay gente que presiona para verme! Presiona para que yo haga una despedida teatral...
Me hacen acordar a cuando trabajé con Luis Miguel, sí! Luis Miguel!!! Fue solo una gira por el interior del país, yo formé parte del coro y armé las coreografías. Como culminación de ese trabajo, hizo una presentación, creo, en ATC, un canal de televisión argentino. Las fans enloquecidas, esperaban afuera del canal para verlo (?). Y los músicos, y las chicas del coro, que acompañábamos a la estrella, salíamos a la intemperie, a través de un corredor humano formado por gente de seguridad. Las fans, nos habían visto cantar “cerca” del ídolo, y no lo podían soportar, así que, cuando salimos caminando por ese corredorcito, nos patearon los tobillos y nos insultaron con palabras tan groseras, que por supuesto, ya no guardo en la memoria...
Con esto de que “nos vamos”, la gente saca reacciones insólitas de la galera, o de debajo de la peluca. Hay gente que se emociona, se pone contenta y triste, y hay otra gente que reacciona de manera extraña... HaShem me trae con esa gente, algunos puntapiés solapados, algunas bolsas de culpa tiradas por la cabeza, y algunos arañazos de último momento... Yo trato de aferrarme a Él con todas mis fuerzas y seguir mi camino. Porque, esta vez, el corredorcito es la antesala de mi casa, me lleva hacia mi lugar, hacia nuestro lugar, hacia nuestra verdadero hogar...
Y, después de todo, HaShem, en Su bondad infinita, me trae una amiga, Margalit, que se llevará a su casa la mesa de mi bobe, para seguir llenándola de Toire y de voces de niños en el Kidush de Shabat...
Y tal vez, antes de lo que esperamos, estaremos comiendo Seudat Mashiaj sobre esa mesa, en Ierushalaim, junto a mi bobe Jaie, por supuesto.
miércoles, 14 de julio de 2010
Crecer Con La Luna - Rosh Jodesh Av

PD:
Sobre Los Poderes del alma
martes, 13 de julio de 2010
Para volver a mi templo personal (un post de Andi)
En estos últimos dos años las semanas de bein hametzarim fueron raras para mi. Por un lado tengo una enorme necesidad de shiurim más jasídicos que de musar. Tanto "jatati" ashkenazi… no sé, me pregunto si es un truco del ietzer hará para sacarme de la vivencia real de estos días, que debería ser de nostalgia y tristeza por lo perdido.
Y por otro lado, leo textos que intelectualmente me hacen comprender el tema e incluso me hacen derramar lágrimas en el momento. Pero mi cotidiano se sacude como perro mojado.
Ayer pensé que tal vez cuando interpreto como “debería” ser y sentir es cuando caigo en las manos del ietzer (siiii, siempre por el mismo lado, ¡me doy cuenta mientras escribo!) porque me empiezo a alejar de donde estoy realmente para irme al maravilloso mundo en el que mi cabeza piensa que debería estar. Entonces me desconecto y me tropiezo con las paredes de la nueva realidad que acabo de crear yo solita, sólo con mi imaginación.
Hasta que finalmente, a pocos días de Tisha ve Av me doy cuenta que al final estoy a oscuras y perdida y que si, que estoy tal cual pensaba, en la vivencia ashkenazi de la que me escapaba, a oscuras y sin saber cómo volver a mi templo personal.
Y al final el ietzer se ríe a carcajadas de mi, porque me alejé, dude, me enfríe, inventé y construí un mundo imaginario. Y me alejo tanto que en un momento me pregunto cómo llegué hasta ahí
Lo bueno es que todo es un círculo y en el momento en que pienso que estamos más lejos también tengo la posibilidad de acercarme, porque al fin y al cabo siempre estamos volviendo.
A Su casa. A nuestra casa. A ese punto intacto, íntimo y personal. Y la vivencia se hace auténtica. Como dice el rab Ben Itzjak: "Basta una conversación con HaKadosh Baruj Hu para enloquecer de nostalgia, para que esa conversación se transforme en un diálogo abierto".
viernes, 9 de julio de 2010
La jaula en el suelo

jueves, 8 de julio de 2010
Las Doce Etapas de la vida del Hombre
El ciclo de los signos astrológicos es como el ciclo de la vida del hombre: Al principio, cuando nace, el hombre es suave y delicado como el cordero (Talé/Aries). Al crecer se vuelve poderoso como un buey (Shor/Tauro). Luego se asemeja a los gemelos, viéndose a sí mismo como completo y perfecto (Teumim/Geminis). Es ahí cuando su yetzer hara (impulso negativo) se destaca. Al principio es tan pequeño como un cangrejo (Sartán/Cancer), pero al dejarlo descuidado, se vuelve tan fuerte como un león (Arié/Leo). Si el hombre peca, su yetzer hará le pone una mascara de inocencia, haciéndolo parecer tan puro como una doncella (Betula/Virgo). Y si sigue transgrediendo, es colocado en una balanza (Moznaim/Libra), y su suerte es así medida. Si persiste en su rebelión, cae en las profundidades de abajo, como en un hoyo, donde se encuentra el escorpión (Akrav/Scorpio). Sin embargo si cambia de parecer, se arrepiente y regresa a D´s, asciende del hoyo como una flecha, como la flecha que se dispara del arco (Keshet/Sagitario). Es ahí cuando se transforma y regresa a su previo estado de inocencia, volviéndose como un niño (G´di/Capricornio) - purificado por las aguas del que contiene las aguas (D´li/Acuario). Finalmente su vida se convierte en un ciclo completo cuando como el pez (Daguim/Piscis), se entrega al disfrute de las aguas de la eternidad, con su alma en pleno reposo en el mundo de allá arriba de donde provino.
-----------------
Fuente: Tora.org.ar ("Signs of the Times" de Gad Erlanger)
lunes, 5 de julio de 2010
Bitácora de Aliá I
Nuestro departamento está a la venta.
Hoy vinieron algunos amigos a llevarse algunas cosas que regalamos, la biblioteca de mi Bobe, los peluches de mi hijo mayor (20), las plantas que mi esposo ha cuidado, la parrilla para hacer asaditos y muchos libros infantiles de mi hija (13)...
La casa está desarmada, en lo superficial, sin orden, sin armas que esgrimir, se ha dado por vencida, sabe que ya ha cumplido con lo que había venido a hacer...
Y nosotros, con nuestros corazones renovados y nuestros sueños y miedos entrelazados, vamos en busca de otra casa para armar...
Nuestra casa, o lo que queda de ella, fue nuestro hogar, nuestro laboratorio. Aquí, pasamos de todo, aquí comenzamos a conocernos con Di-s y entre nosotros... Cuando esta casa nos recibió, por ese entonces, mi familia estaba compuesta por mi hijo, mi perro, y yo. Luego llegó a nuestras vidas, mi compañero, que se convirtió en mi esposo. Comenzamos a hacer Teshuvá, nació nuestra hija, mi perro se dejó morir, y luego mi hijo, se fue a vivir con su papá. Cada instancia, fue desbordada por emociones que solo una casa antigua como ésta, con paredes de 30 centímetros, puede soportar. En todos estos años, (quince?), pasamos de todo, Baruj HaShem, y nuestra casa se bancó todas las transiciones. No es una metáfora, Di-s nos proveyó de un escudo, nuestra casa sufría averías y roturas, y mientras HaShem distraía al Satán con esas “calamidades”, nosotros hacíamos Teshuvá, cuidábamos la pureza familiar, teníamos una hija, mi esposo comenzaba un emprendimiento empresarial, teníamos infinitos invitados en Shabat, estudiábamos Toire con pasión y con sed, yo armaba grupos de estudio de Toráh para mujeres profesionales, recibíamos a toda mi familia para Pesaj, luego para Rosh HaShone, hacía un CD, (con relatos y canciones), sobre Noaj y las 7 Mitzvot, cambiábamos a nuestra hija tres veces de escuela, mi esposo estudiaba y buscaba en cinco (o más) Yeshivot distintas. Yo creaba una midrashá para mujeres y la cerraba, lágrimas de Tefilah inundaron mis espacios, pidiendo para que mi hijo volviera, buscamos agrandar la familia, y la agrandamos... espiritualmente y con hijos de Torá. Nosotros cambiábamos y la casa nos aguantaba... Di-s nos la dio, para que podamos crecer. Y ahora, después de tanto festejar, de tantas pérdidas lloradas, le vamos sacando los pedacitos de escenografía que cuelgan de sus paredes, mientras se mantiene erguida con las pocas fuerzas que le quedan, sabe que hizo todo lo posible para protegernos, y ahora nos tiene que soltar...
Y yo, también tengo que soltarla...
El Arizal, nos enseñó que cada criatura, cada planta, cada objeto, cada cosa inanimada, está vitalizada por un alma que habita dentro de ella. Los iehudím, hemos sido dispersos por el mundo para elevar esas chispas de Divinidad que sustentan la existencia. Y yo, aquí estoy, con mis retacitos de almas que me acompañaron hasta ahora y que debo liberar para que emprendan, como yo, el regreso a casa...
Ahora, ya es momento de llevar lo que he espumado de la parte del planeta que me tocó refinar, ahora debo dejar las anclas y remontar las luces que coseché en este hogar y emprender nuestra nueva-antigua tarea en nuestra Tierra Santa, en Ierushalaim...
Pero dentro de mi corazón, alimento un deseo, tal vez, algún día, mi casa y yo, nos volvamos a encontrar, tal vez la vuelva a ver espléndida, con sus aberturas, sus pisos y sus estructuras perfectas, luminosa y feliz, tal vez nos volvamos a abrazar, cuando llegue ese tiempo en que los hogares y los batei knesiot del mundo, retornen junto al Mashiaj, a testificar sobre la Toráh que guardan y habitan en sus paredes... Ese día haremos una gran fiesta, (bli neder, con un asadito)...
Que Di-s nos conceda esa Gracia, muy pronto en nuestros días, Amén
lunes, 28 de junio de 2010
Todos tenemos una doble vida (o algún día voy a dejar de poner títulos de canciones)
Hoy sería el día perfecto para volver a mi infancia, pero no a un día cualquiera; quisiera aparecer en alguno de los días en el que me tomaba un helado camino a la plaza jugando a terminar el vasito mediano antes de llegar a las hamacas. Ustedes se preguntarán por qué no me compro un cucurucho en la esquina y me dejo de tanto rebusque metafísico, y la respuesta es que no es tan fácil porque ser una mujer adulta religiosa no combina con comer un helado camino a ningún lado.
Ya sé que a esta altura la mitad de los lectores se habrán retirado indignados ante esta declaración extremista, y la otra mitad estarán imaginando lo que me podrían decir en los comentarios si superaran la pereza de escribir tres líneas y presionar enviar, pero también estoy segura de que unos pocos me entienden y saben que lo que digo es un dilema diario al que nos enfrentamos los baalei teshuvá: preguntarnos si lo que nos sale naturalmente, o mejor dicho, hacer lo que se nos viene en gana, encaja en la vida que llevamos
Tenemos un bagaje cultural que aflora incentivado por resortes misteriosos y que nos deja tambaleando entre lo que somos y lo que hemos sido. Quisiera dar un ejemplo pero no se me ocurre ninguno. Bueno, en realidad si se me ocurre pero no quiero darlo para no ponerme en evidencia. Pero la verdad es que es tan exacto para explicar la idea…. ¿ven? a esto me refiero: Un eterno dilema.
Ya que insisten voy a decirlo sólo con fines constructivos: El mundial 2010. ¿Cómo una mujer religiosa va a hablar del mundial? No encaja, suena raro, está mal visto. No puedo llegar a una jatuná y hacer un chiste: "
Pero ese tampoco es el conflicto Porque ¿a quién quiero engañar? Si Hashem sabe exactamente cuántos minutos malgasto pensando en la formación de Argentina ¿ante quién tengo que disimular? Lo que genera conflicto es no saber si uno queda atado a esas cosas por rebeldía, como una manera de mantener un pie de cada lado e intentar no perder nada.
¿Les conté que cada año, hacia final del verano en mi barrio corría el rumor de que la heladería Cachito no iba a abrir al año siguiente? Eso me hizo comer muchas veces el "último helado Cachito de mi vida" y de una u otra manera, todavía lo sigo haciendo, porque sigo apegada a muchas cosas por miedo a que no vuelvan, solo reteniendo esos "cachitos" de mi vida.
viernes, 25 de junio de 2010
No dejes de regar, se puede secar… (un post de nuestra amiga Gegi)
viernes, 18 de junio de 2010
Instrucciones para subir una escalera

El otro día estaba escuchando una discusión entre mis hijos en la que el única estrategia de uno de ellos era simplemente repetir todo el tiempo "¿ma kesher? (¿cuál es la relación?)". Ya saben cómo es cuando uno está lavando los platos y no quiere involucrarse en una pelea infantil, que uno hace de cuenta que no pasa nada, y busca desviar la atención. Así que yo dejé que una cosa me llevase a la otra y que la cadena de asociación mental se libere (ayudada por el efecto emulsionante del detergente) pasando del "¿ma kesher" a "Mc Esher" y de allí al recuerdo de mi época universitaria, cuando en la clase de Morfología nos pidieron crear un stand de exposición y yo elegí representar una maqueta con las famosas escaleras imposibles de Mc. Esher.
Todavía el día de hoy sigo indignada ante la nota que recibí por un trabajo tan fantástico, así que no pude evitar volver a caer en una disertación imaginaria donde yo expongo una variedad impresionantes de argumentos que convencen al despiadado profesor cuya ocupación actual debe ser darle de comer a las palomas. Pero apenas noté a dónde ese peregrinaje de pensamientos me había llevado, primero me asusté de mi misma y después atrapé una idea espeluznante que se me cruzó en el mismo momento en el se me rompía un vaso de Ikea
¿Y si yo soy como mi stand de exposición? me pregunté espantada ¿si creo que voy subiendo pero en realidad siempre estoy en el mismo lugar? ¿Si cada impulso espiritual sólo me eleva por un instante para irse perdiendo con el tiempo? ¿si la inspiración se desliza en peldaños resbaladizos? ¿si al final de la escalera me doy cuenta de que estoy al pie?
Mientras recogía los vidrios rotos pensaba que si los escaladores se atan a una soga para no caer al vacío, yo debería atarme con más fuerza para mantenerme ante cada avance espiritual . Y menos Mc. Esher y más kesher, más kesher