Al llegar al pie del Monte de Sinaí el pueblo de Israel alcanzó un nivel espiritual excepcional. Su realidad se transformó por completo y su creencia y su fe alcanzaron un nivel de evidencia, como un hecho indiscutible e innegable. Tal lo enseña el pasaje bíblico, el pueblo no solo “escuchó la voz de Dios” sino que “la vio”. El descenso del Creador sobre el monte no fue una leyenda que recibieron de sus abuelos o que estudiaron de libros de historia. Muy por el contrario, los hombres que salieron de Egipto vieron, percibieron, oyeron y sintieron la experiencia más poderosa que un hombre puede vivenciar: el Cielo descendiendo sobre la tierra. Exodo 19
No obstante, los sabios cuentan que tras cuarenta días, y bajo la poderosa influencia energética del mes de tamuz, el Satán logró engañarlos y mostrarles como una imagen turbia del entierro de Moisés que en ese momento se llevaba a cabo en las alturas, lo cual les permitió "entender" que el gran maestro ya no bajaría del monte ni volvería a conducir al pueblo en dirección a la Tierra Prometida. Una imagen turbia y confusa en las alturas es aceptada sin tapujos por un pueblo que lentamente caía en la trampa del Mal.
"El pueblo vio que Moisés se había demorado en bajar de la montaña y se reunió en torno a Aharón y le dijo: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros, pues no sabemos qué es lo que le ha ocurrido a este hombre Moisés que nos trajo de la tierra de Egipto. Aharón les dijo: Quitad los anillos de oro que hay en las orejas de vuestras mujeres, hijos e hijas, y traédmelos. Todo el pueblo se quitó los anillos de oro que tenían en las orejas, y se los llevó a Aharón. El los tomó de sus manos y los unió en una tela, y formó un becerro fundido. Dijeron: Este es tu dios, Israel, que te hizo ascender de la tierra de Egipto. Aharón vio y construyó un altar frente a él. Aharón exclamó: ¡Fiesta para El Eterno mañana! (Exodo 32)
Si la visión del Monte de Sinaí fue tan clara, si la realidad alcanzó un nivel tan obvio, ¿cómo pudo suceder tal desviación hacia la idolatría? ¿Cómo pudo devenir tal fuerza maligna que inclusive logró arrastrar consigo al mismo Aharón, hermano mayor de Moisés? Aharón, el profeta, el Gran Sacerdote.
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Calendario Cabalístico.Ben Itzjak.Ed Edaf
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