domingo, 6 de abril de 2008

Tzfardea - Ranas (Segunda Plaga)

La Plaga de las Ranas comenzó con Moshé extendiendo su vara y con la aparición de una enorme rana. Esta rana llamó entonces a muchas otras ranas para que se le uniesen. D´s hizo a las ranas como si fuesen amebas, de modo que cuando los Egipcios trataban de matar a una con un golpe, esta se dividía en dos, multiplicándose. Y como resultado de todo ello, había ranas por todos lados. 

Las ranas entraban en las camas, en las vestimentas y en los hornos del Pueblo Egipcio. No había manera alguna de evitarlas o esconderse de ellas. Incluso las paredes de mármol se quebraban para dejar entrar a las ranas y cumplir con la orden de Dios. Con los hornos Egipcios invadidos por las ranas, todos los alimentos cocinados que comían estaban mezclados con ranas. 

Los Egipcios no habían dejado que los Judíos descansasen ni un momento durante su forzado trabajo, ni siquiera para comer. Debido a ello, los Judíos no habían tenido otra opción que comer su alimento mientras trabajaban mezclando el mortero, de modo que la suciedad y el polvo que caían y cubrían su comida les eran muy desagradables. En respuesta a ello, los Egipcios encontraban ahora todos sus alimentos altamente desagradables ya que todo lo que comían estaba espolvoreado con ranas. Y una vez que las tragaban, esas ranas resucitaban en los estómagos de los opresores Egipcios, trayéndoles una insoportable molestia.

D´s concluyó con esta plaga haciendo que las ranas muriesen instantáneamente. Esto significa que las ranas murieron allí donde estaban, en las vestimentas, en los alimentos y en los estómagos de los Egipcios. De modo que les fue muy difícil deshacerse de los cadáveres y un terrible e insufrible hedor invadió el Egipto. El único lugar que se mantuvo totalmente libre de las ranas fue la Tierra de Goshen, lugar donde vivían los Judíos.

Diez veces aparecen nombradas las ranas en los versículos que describen esta plaga. Nos dicen nuestros Sabios que de esto podemos aprender que la Plaga de las Ranas fue tan severa como las diez plagas juntas.

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