miércoles, 16 de abril de 2008

Makat Bejorot - Muerte de los Primogenitos (Decima Plaga)


La décima plaga cayó sobre los Egipcios pues éstos habían asesinado a los niños Judíos ahogándolos en el río, usándolos como ladrillos y degollándolos para usar su sangre en los baños del Faraón, etc. Fue exactamente a medianoche que D´s Mismo pasó por toda la tierra de Egipto, matando a todos los primogénitos de Egipto. Todo aquél o todo aquello que fuese considerado como primogénito fue aniquilado en esa plaga. De modo que el hijo mayor del Faraón, quien era su heredero, fue muerto en ese momento. Y también los primogénitos de sus consejeros y generales e incluso los primogénitos de los cautivos y prisioneros. 


Aunque esos cautivos y prisioneros no habían tomado parte en la esclavitud de los Judíos, también fueron muertos por la plaga. Esto se debió a que en un momento, cuando los Egipcios mismos pensaron dejar libres a los Judíos, les ofrecieron a esos prisioneros, condenados a muerte, la oportunidad de reemplazar a los Judíos como esclavos. Pero éstos eligieron permanecer prisioneros antes que dejar que los Judíos fueran liberados. Cuando Moshé anunció esta última plaga, los primogénitos Egipcios se asustaron y tomaron la advertencia muy seriamente. Les rogaron a sus padres que los protegiesen, pero éstos, temerosos del Faraón, no hicieron nada. Esto enfureció a muchos primogénitos que se levantaron contra sus padres y los mataron. Pero incluso aquellos primogénitos cuyos padres tomaron seriamente la advertencia de Moshé Rabeinu y dejaron a sus hijos en hogares Judíos, murieron también víctimas de la plaga. 


Ni siquiera un primogénito ilegítimo, cuya situación había sido algo secreto antes de esta plaga, pudo salvar su vida. Muchas de las mujeres Egipcias eran promiscuas y tenían relaciones con otros hombres. De modo que una mujer podía tener cinco "primogénitos" en su hogar. Todos estos primogénitos, tanto de padre o madre, fueron alcanzados también por la mortandad. Si no había ningún hijo primogénito en la casa, entonces era el de mayor edad quien moría. Las mujeres embarazadas que llevaban un niño destinado a ser primogénito, perdían su embarazo. También los primogénitos Egipcios que vivían en otros países e incluso los primogénitos de otras naciones que se encontraban en Egipto, murieron esa noche. 


Cuando llegó la mañana, no había casa en todo Egipto que hubiese escapado al Angel de la Muerte. Incluso el ganado primogénito fue aniquilado por la plaga. Esto tuvo por finalidad el mostrar a los Egipcios que sus animales primogénitos, a los cuales ellos atribuían habilidades especiales, no tenían poder alguno frente a D´s. Y para completar la angustia de los Egipcios, no pudieron evitar que la carne y los huesos de sus muertos fuese devorada por hordas de perros y ratas, a la vista de todos. Aunque D´s golpeó a los primogénitos a medianoche, éstos estuvieron agonizando hasta la mañana, cuando los Judíos que habían recibido la orden de permanecer en sus casas durante la noche, pudieron ser testigos de la muerte de sus enemigos. De modo que se nos enseña que los primogénitos fueron golpeados por D´s a medianoche, cosa que El hizo; mientras que el Angel de la Muerte llegó y tomó sus almas por la mañana.

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D´s dijo, "Yo, no un ángel; Yo, no un serafín; Yo, no un mensajero; Yo y ningún otro." Cuando un ángel recibe el permiso de destruir, no puede diferenciar entre los rectos y los malvados. De modo que D´s Mismo y no un ángel, fue Quien golpeó a los primogénitos. Sin embargo, siendo un Cohen (un sacerdote), Le estaba prohibido, si así pudiera decirse, el impurificarse con los muertos. Es por ello que envió al Angel de la Muerte para completar la tarea. Más aún, un ángel o serafín no puede distinguir entre un primogénito y otros niños, sólo D´s puede hacerlo y ¡así lo hizo! 

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Foto:http://lahaim.wordpress.com/

Nosostros en el Tiempo. Eliahu Kitov. Ed. Lubavitch Sudamericana

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