viernes, 16 de abril de 2010
"Hoy son dieciocho días, que son dos semanas y 4 días del Omer"
jueves, 15 de abril de 2010
"Hoy son diecisiete días, que son dos semanas y tres días del Omer"
miércoles, 14 de abril de 2010
"Hoy son dieciséis días, que son dos semanas y dos días del Omer"
Galletitas "Nadie Es Perfecto"
martes, 13 de abril de 2010
"Hoy son quince días, que son dos semanas y un día del Omer"
lunes, 12 de abril de 2010
Hoy son catorce días, que son dos semanas del Omer"
Una Historia en el día del Holocausto
Esta es una historia verdadera
Agosto 1942. Piotrkow, Polonia.
El cielo estaba sombrío en aquella mañana, mientras esperábamos con ansiedad. Todos los hombres mujeres y niños del Gheto Judío de Piotrkow's fueron rejuntados en una plaza como un rebaño.
Se esparció la noticia de que estábamos siendo removidos. Mi padre había fallecido recientemente de tifus, que abundaba en el abarrotado gheto. Mi temor mayor era que nuestra familia fuese separada.
'No importa lo que pase', Isidoro mi hermano mayor, me murmuro, 'no les digas tu edad. Diles que tienes dieciséis años. Yo era alto para un niño de 11 podría pasar por 16. De esta manera seria considerado valioso como trabajador.
Un SS se aproximó a mi, haciendo sonar las botas en las piedras del piso, me miró de arriba abajo, y me preguntó la edad. Dieciséis le dije. Él me envió hacia la izquierda con mis tres hermanos y otros hombre jóvenes y saludables.
Mi madre fue enviada a la derecha con otras mujeres, niños enfermos y gente mayor. Le pregunté a Isidoro, ¿por qué?. Él no me respondió. Corrí al lado de mamá y le dije que me quería quedar con ella. 'No' me dijo firmemente. 'Vete de aquí, no quiero verte, Vete con tus hermanos'. Ella nunca me había hablado tan duramente, pero entendí: ella estaba protegiéndome. Ella me amaba tanto que por esa única vez ella fingió no hacerlo. Fue la última vez que la vi.
Fuimos transportados con mis hermanos en un vagón de ganado a Alemania. Llegamos al campo de concentración de Buchenwald en una noche, semanas después nos condujeron a una barraca. Al día siguiente recibimos uniformes y números de identificación.
'No me llamen Herman nunca más' le dije a mis hermanos, 'llámenme 94983'.
Fui puesto a trabajar en el campo crematorio, cargando los muertos a en un elevador manual. Yo también me sentía muerto. Insensibilizado, me transformé en un número. Pronto nos enviaron a mis hermanos y a mi a Schlieben, uno de los subcampos de Buchenwald cercanos a Berlín.
Una mañana yo creí oír la voz de mi madre: 'Hijo' dijo suave y claramente, ' Te voy a mandar un ángel' Entonces me desperté, fue solamente un sueño, un lindo sueño. En ese lugar no podía haber ángeles. Solamente trabajo. Y hambre y miedo. Un par de días luego, estaba caminando alrededor del campo, de las barracas, cerca de la cerca de defensa, donde los guardias no podrían verme fácilmente. Estaba solo.
Del otro lado, veo a alguien, una pequeña niña con rulos suaves y luminosos. Ella estaba medio escondida detrás de un abedul. Mire alrededor mío para estar seguro que nadie me veía. Le dije suavemente en alemán: '¿Tienes algo de comer?'. Ella no entendió. Me puse mas cerca de la defensa y repetí en polaco mi pregunta. Ella se aproximó. Yo estaba flaco, raquítico con harapos envolviendo mis pies, pero la niña parecía no tener miedo. En sus ojos vi la vida. Ella sacó una manzana de su chaqueta y la tiró sobre la cerca. Yo tomé la fruta y corrí lejos. Escuche a ella diciéndome débilmente: ' Te veo mañana'
Volví al mismo lugar a la misma hora cada día. Ella estaba siempre allí con algo para darme de comer, un pedazo de pan o mejor aun una manzana. No osábamos hablar o tardarnos. Que nos vieran significaba la muerte para los dos. No sabia nada sobre ella, apenas una niña buena de una hacienda, que entendía polaco. ¿Cuál era su nombre? ¿Por qué se arriesgaba por mi? La esperanza estaba en aquel pequeño suplemento, y esa niña del otro lado de la cerca me trajo un poco, como nutriéndola de esa forma, como con el pan y las manzanas.
Aproximadamente 7 meses mas tarde, fuimos yo con mis hermanos metidos en un vagón de carbón, y enviados para el campo de Theresienstadt en Checoeslovaquia. 'No vuelvas', le dije a la niña, 'nos estamos yendo'
Volví a las barracas sin mirar para atrás, en ese mismo instante dije adiós a la pequeña niña cuyo nombre nunca aprendí, la niña de las manzanas.
Estuvimos en Theresienstadt por tres meses. La guerra estaba disminuyendo y las fuerzas aliadas estaban cerca, aun mi destino parecía estar sellado.
El 10 de Mayo de 1945, yo estaba destinado a morir en la cámara de gas a las 10 horas. En el silencio del crepúsculo, intenté prepararme. Tantas veces la muerte pareció pronta para reclamarme, pero de alguna forma yo había sobrevivido. Ahora todo había terminado.
Pensé en mi familia. Al fin nos estaremos reuniendo. Pero a las 8 A .M., hubo una conmoción. Oí gritos, y vi gente corriendo en cualquier dirección a través del campo. Me reuní con mis hermanos. ¡Las tropas rusas habían liberado el campo! Las puertas fueron abiertas. Todos estaban corriendo y yo hice lo mismo. Sorprendentemente, todos mis hermanos habían sobrevivido. No estoy seguro como, pero yo sabia que la niña de las manzanas había tenido la llave de mi sobre vivencia. En el lugar en el que el diablo parecía triunfador, una buena persona había salvado mi vida, me había dado esperanzas en un lugar en donde esta no existía.
Mi madre me había prometido enviarme un ángel, y el ángel había venido.
Eventualmente encaminé mis pasos a Inglaterra, donde fui asistido por una institución de caridad judía. Me colocaron en un hospedaje con otros niños que sobrevivieron al Holocausto y fui entrenado en electrónica. Después fui a América, donde mi hermano Sam se había mudado. Serví en el ejercito en la guerra de Corea, y regresé a Nueva York, luego de dos años. En agosto del 1957 abrí mi propio comercio de reparación de electrónicos. Y comencé a asentarme allí.
Un día, mi amigo Sid que conocí en Inglaterra me llamó y me dijo, tengo una cita para ti, es una amiga polaca. Vamos a salir juntos. ¿Una cita a ciegas? No, eso no es para mi. Pero Sid continuó insistiendo y unos pocos días luego nos dirigimos al Bronx para recoger a su novia y a su amiga Roma.
Tengo que admitir que por ser una cita a ciegas, no estaba nada mal. Roma era una enfermera en el Hospital Bronx. Era linda e inteligente. Hermosa también, con cabellos castaños y ojos verdes almendrados, que la llenaban de vida. Los cuatro nos dirigimos a Coney Island. Roma hablaba fácilmente, era sencillo estar con ella. Descubrí que ella era también cautelosa con las citas a ciegas.
Los dos solo estábamos haciéndole un favor a los amigos. Dimos un paseo a la orilla de la playa, gozamos de la brisa salada del Atlántico, y después cenamos cerca de la orilla. No podía recordar haber tenido mejores momentos. Volvimos al auto de Sid y Roma y yo nos sentamos en el asiento trasero. Como judíos europeos que habíamos sobrevivido la guerra, sabíamos que muchas cosas se dejaron sin decir entre nosotros. Ella comenzó con el tema:
-¿Dónde estabas durante la guerra? Preguntó delicadamente.
- En el campo dije. Las terribles historias jamás vividas, las irreparables perdidas. Yo traté de olvidar pero jamás podré olvidar.
Ella estuvo de acuerdo. Mi familia estuvo escondida en una chacra en Alemania, no lejos de Berlín me dijo, 'Mi padre conocía a un sacerdote y este le dio papeles arios'. Yo imaginé cómo podría haber tenido también miedo, una constante compañía. Y aun así, aquí estábamos, ambos sobrevivientes en un nuevo mundo.
-Había allí cerca de la estancia un campo de concentración,- continuó Roma -Yo vi allí a un niño y pude llevarle manzanas cada día.
Que extraordinaria coincidencia que ella haya ayudado a algún otro niño.
¿Cómo era el? le pregunté.
-Era alto, delgado y hambriento. Yo iba a verlo todos los días por seis meses
Mi corazón dio un salto. No podía creerlo. No podía ser.
-¿El te dijo un día que no volvieras porque los estaban trasladando a Schlieben?
Roma me miro estupefacta.
-¡Si!'
-¡Era yo!'
Estaba pronto a explotar de alegría, inundado de emociones. No podía creerlo. ¡Mi ángel! No te voy a dejar ir. Le dije a Roma. Y en la parte posterior de ese auto en esa cita a ciegas le propuse casamiento, no podía esperar.
-¡Estás loco! -me dijo. Pero me invitó a conocer a sus padres para la cena del Shabat de la siguiente semana. Había tanto que deseaba saber sobre Roma, pero las cosas mas importantes, yo siempre las supe: su firmeza, su bondad. Por muchos meses, en las peores circunstancias, ella vino hasta la cerca y me trajo la esperanza. No ,ahora que la encontré de nuevo, jamas la dejaría partir. Ese día ella dijo si. Y yo mantuve mi palabra. Luego de casi 50 años de matrimonio, dos hijos y tres nietos, yo jamás la dejaré partir.
Herman Rosenblat of Miami Beach , Florida
Esta es una historia verdadera, usted puede encontrar mas, buscando en Google Herman Rosenblat. El señor Rosenblant volvió a hacer Bar Mitzvah a la edad de 75 años. Su historia sera hecha una película con el nombre The Fence (La Cerca). Este correo debe llegar a 40 millones de personas para ser un tributo a los sobrevivientes del Holocausto.
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Recibida en un e-mail cadena
domingo, 11 de abril de 2010
Hoy son trece días, son una semana y seis días del Omer"
sábado, 10 de abril de 2010
Hoy son doce días, son una semana y cinco días del Omer"
viernes, 9 de abril de 2010
Hoy son once días, son una semana y cuatro días del Omer"
La disciplina efectiva debe ser persistente y tenaz. Cuando un odontólogo utiliza la fresa sobre un diente dañado esta utilizando netzaj de guevurá- A corto plazo es doloroso requiere fuerza pero a largo plazo va a prevenir dolor y daño mas severo. Netzaj ve la ganancia a largo plazo en el dolor o la perdida a corto plazo.
PUNTOS DE ACCIÓN
CON D´S
Los sabios nos enseñan el valor del silencio. Rabban Shímon ben Gamliel decía que no hay nada mejor que el silencio.
Has un Taanit dibbur (no hables a no ser que sean palabras de Torá) por cinco minutos durante el día.
CON EL OTRO
Si estas teniendo problemas con una relación has lo que tengas que hacer no importa que tan incomodo sea para ti. Mira a largo plazo
CONTIGO MISMA
Deja algo que no sea bueno para tu salud: deja el cigarrillo, la carne roja, el azúcar o cualquier cosa que no sea buena a largo plazo.
Piensa NETZAJ!!!
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Bibliografía
jueves, 8 de abril de 2010
"Hoy son diez días, son una semana y tres días del Omer"
miércoles, 7 de abril de 2010
"Hoy son nueve días, que son una semana y dos días del Omer"
martes, 6 de abril de 2010
"Hoy son ocho días, que son una semana y un día del Omer"
Un pesaj como el pez globo
Al final yo no sé qué es más difícil, si sacar el jametz antes de pesaj o limpiar las migas de matzá después del jag. Me acabo de resignar y ahora mismo estoy escribiendo entre restos de matzá desparramada por el suelo como hormigas en huelga. Es que apenas me di cuenta de que no tenía sentido intentar esquivar mi destino, dejé el escobillón y me senté a aclarar mis ideas de la manera que mejor me resulta: imaginando que tengo un blog en donde hay gente que malgasta tres minutos leyendo lo que escribo.
Pero vayamos por partes: En general, pesaj me gusta. Para una obsesiva de la limpieza es la oportunidad perfecta para liberar sin culpa los demonios sin que nadie la considere la chiflada que friega paredes. Y cuando llega el jag una se siente tan liviana y limpia que acontece un verdadero renacimiento. Por supuesto que en mi historia hubo de todo: por ejemplo mi primer “pesaj kasher” fue revelador y pude ver la partición del mar frente a mis ojos, pero otro año di a luz dos días antes de lail haseder y me quedé dormida en Halel. No voy a seguir porque todos tienen su propia experiencia: En pesaj Hashem nos saca de Egipto y para algunos la salida es dulce y para otros, bueno, para otros es como para mi fue este año.
Amarga como el jazeret. Y aquí tendría que detenerme, saludar y retirame, pero ya me conocen, no me puedo contener y cuento, así que voy a explayarme: cuando digo que pesaj fue amargo como el jazeret, no me refiero al de la keará, sino al de las paperas (“paperas” en hebreo se dice jazeret) que me dejaron tiritando, hinchada y asustada con treinta y nueve grados de fiebre mientras terminaba de cambiar la cocina sintiendo que me desmayaba antes de llegar a la frontera de Egipto.
No sé si alguna vez voy a descubrir por qué este año me tocó pasar el jag con una enfermedad infantil que me convirtió en un pez globo, no sé por qué me tocó arrastrarme hasta la mesa del seder para obligar a mis mandíbulas a triturar la medida mínima de matzá. Podría elaborar superficialmente algunas teorías para que no me tilden de perezosa: quizá fue la mejor forma de liberarme de mi tendencia perfeccionista, porque de todas las manera posibles, este pesaj no fue perfecto. Quizá fue la liberación de una cuota de autosuficiencia, porque si algo tuve que aceptar, fue ayuda. O quizá fue una manera de liberar a mi familia de mi comida y darles la oportunidad de disfrutar de las delicias que me cocinaron mis amigas.
Pero a esta altura, a pesar de que no puedo entender la incoherencia de haber estado leudada en el momento menos propicio, y de que fue de una manera que yo no hubiese elegido, no puedo dejar de pensar que lo que pasó fue simplemente que Hashem me estaba sacando de Egipto.
lunes, 5 de abril de 2010
"hoy son siete días del Omer"
Maljut de jésed
domingo, 4 de abril de 2010
"Hoy son seis días del Omer"
Yesod de Jesed
Vinculación en el Amor
Para que el amor sea eterno requiere vinculación, una sensación de unión que cristaliza el amor con un esfuerzo mancomunado. El amor eterno requiere de una conexión, afinidad y unión íntimos, una que beneficia a ambas partes. Esta vinculación rinde sus frutos, el fruto surgido de una sana unión.
EJERCICIO:
Comienza a edificar algo constructivo junto a un ser amado
sábado, 3 de abril de 2010
"Hoy son cinco días del Omer"
viernes, 2 de abril de 2010
"Hoy son cuatro días del Omer"
Nétzaj de Jésed