Al final yo no sé qué es más difícil, si sacar el jametz antes de pesaj o limpiar las migas de matzá después del jag. Me acabo de resignar y ahora mismo estoy escribiendo entre restos de matzá desparramada por el suelo como hormigas en huelga. Es que apenas me di cuenta de que no tenía sentido intentar esquivar mi destino, dejé el escobillón y me senté a aclarar mis ideas de la manera que mejor me resulta: imaginando que tengo un blog en donde hay gente que malgasta tres minutos leyendo lo que escribo.
Pero vayamos por partes: En general, pesaj me gusta. Para una obsesiva de la limpieza es la oportunidad perfecta para liberar sin culpa los demonios sin que nadie la considere la chiflada que friega paredes. Y cuando llega el jag una se siente tan liviana y limpia que acontece un verdadero renacimiento. Por supuesto que en mi historia hubo de todo: por ejemplo mi primer “pesaj kasher” fue revelador y pude ver la partición del mar frente a mis ojos, pero otro año di a luz dos días antes de lail haseder y me quedé dormida en Halel. No voy a seguir porque todos tienen su propia experiencia: En pesaj Hashem nos saca de Egipto y para algunos la salida es dulce y para otros, bueno, para otros es como para mi fue este año.
Amarga como el jazeret. Y aquí tendría que detenerme, saludar y retirame, pero ya me conocen, no me puedo contener y cuento, así que voy a explayarme: cuando digo que pesaj fue amargo como el jazeret, no me refiero al de la keará, sino al de las paperas (“paperas” en hebreo se dice jazeret) que me dejaron tiritando, hinchada y asustada con treinta y nueve grados de fiebre mientras terminaba de cambiar la cocina sintiendo que me desmayaba antes de llegar a la frontera de Egipto.
No sé si alguna vez voy a descubrir por qué este año me tocó pasar el jag con una enfermedad infantil que me convirtió en un pez globo, no sé por qué me tocó arrastrarme hasta la mesa del seder para obligar a mis mandíbulas a triturar la medida mínima de matzá. Podría elaborar superficialmente algunas teorías para que no me tilden de perezosa: quizá fue la mejor forma de liberarme de mi tendencia perfeccionista, porque de todas las manera posibles, este pesaj no fue perfecto. Quizá fue la liberación de una cuota de autosuficiencia, porque si algo tuve que aceptar, fue ayuda. O quizá fue una manera de liberar a mi familia de mi comida y darles la oportunidad de disfrutar de las delicias que me cocinaron mis amigas.
Pero a esta altura, a pesar de que no puedo entender la incoherencia de haber estado leudada en el momento menos propicio, y de que fue de una manera que yo no hubiese elegido, no puedo dejar de pensar que lo que pasó fue simplemente que Hashem me estaba sacando de Egipto.
Judi, cuanto lo siento, tener que haber pasado tremendo dolor para pasar la matzá! Refua Shlemá, que te mejores muy pronto!
ResponderEliminarNosotros Pasamos Pesaj en Buenos Aires rodeados de la familia como hacia muchos años, una experiencia diferente... no estuve conectada este ultimo tiempo. Te abrazo, espero te sientas mejor.
Denise
Den! hola
ResponderEliminarGracias por preocuparte, ya estoy bien, B¨H.
La verdad es que fue raro lo de la matzá porque todos los años soy la que se queda mirando al resto preguntándose por qué les cuesta comer rápido :D
¿Ya te fuiste de Argentina? ¡¡¡qué lindo estar tan cerca para poder volver un rato (para una pizza de soultani, un asado de el galope y comprar cien cajas de alfajores)!!!
Gam zu le tova...:)
ResponderEliminarhermoso judi,,,, yo creo que ni una sola vez salí como me hubiese gustado.
ResponderEliminaro llego hasta las manos o pienso que llego divina y antes de cruzar el mar me doy cuenta que estoy hasta las manos.
recontra leabdil esta vez me senti como en thelma y louise.
me encanta pesaj!
BS"D
ResponderEliminarShalom Judi!!!
Les escribo desde la ciudad de Miramar, cerca de la muy conocida Mar del Plata. Por un lado me imagino lo que sufriste con las paperas 'tardías'.... yo también las tuve siendo una mujerota de 36 años, pero Baruj Hashem, saqué provecho de ese zman: disfrutè los mimos de mi padre -de bendita memoria- y mil y una anècdotas sobre ellas!!!
Para nosotros fue un Pesaj super especial, vinimos akì y por primera vez habìa minian en PESAJ!!! UN NES GADOL HAIAH KAN!!! Y por primera vez pudimas cantar el Shirat Haiam frente al mar.... confieso que pensè mucho en nuestros gloriosos hermanos de Gush Katif, tambièn en uds.,tambièn en 'mi' mora Iemima Mizraji que a distancia me ayudò a mirarme y a tomar coraje y salir de mi Mitzraim personal, en Gilad Shalit, en Ionatan Pollard, en las familias de los jaialim secuestrados.... mi mente y corazón eran un auténtico 'mix'....
Me cuesta desprenderme de Pesaj, será que sigo tomando mate -con yerba 'ayuyada'- con matzá y tomate arriba.... serà que no puedo dejar de pensar que tambièn a nosotros Boreh Olam nos permitiò salir detras de Moshe Rabenu y que por Su Puro Amor Verdadero y Su Tesoro de Dones Inmerecidos -como dice mi amado Rebe Najman- tuvimos, mi familia y yo, el zejut de salir junto a uds. y sus familias y las familias de cada iehudi, con un solo lev, como un sola voz, cantando por esta JERUT tan soñada...
Bueno basta de tanta 'cháchara´que Boreh Olam no te dio briut para bancarme a distancia!!! KADIMA, RECIEN SALIMOS, LA TORA NOS ESPERA EN HAR SINAI :0)
GRACIAS TAMBIÈN A JANNA POR EL ESFUERZO DE CADA DIA DE LA CUENTA DEL OMER :)
SON LO MÁS!!!
SHALOM Y.... JAZAK!!!
Andi: Sabía que te iba a gustar, ahora podés decir "Judi, la que se desmayó en nehilá y se leudó en pesaj"
ResponderEliminar¡¡¿cómo que te sentiste como Thelma y Louise?!! si ellas no llegaron a cruzar... y nosotras pasamos y cantamos.
Margalit: ¿¿¿llegó el Mashiaj y no me enteré??? ¿minián en Miramar? ¡Eso tendría que verlo!
Qué lindo pasar pesaj en una playa junto al mar...
sólo en la parte que me agarraba de la mano de una amiga para tener fuerzas y dar el salto y cruzar y cantar bh´
ResponderEliminarcomparto también, porque sino es injusto con lo ocurrido, que fue el mejor pesaj familar..vivencia 100%.
ah... entonces yo soy Louise ¡canté pri!
ResponderEliminarMe alegro de que hayas tenido una vivencia "mea hajutz", de vez en cuando toca ¿no?