1. Una foto en el trencito infantil saludando a cámara.
2. La costumbre de hablar con nuestra pareja en código “¿hache - e – ele - a – de - o - ese?”
3. La duda de si es permisible hacer netilat iadaim con un vasito descartable.
4. la frustración de llegar siempre a la jaula del león en la hora de su siesta.
5. A los hijos con la costumbre de sentarse a la mesa, levantar la mano y pedir: “yo pizza” , “yo falafel”, “yo patatas fritas”.
6. Al marido con la costumbre de deambular por el parque buscando minian para minjá.
7. La seguridad de que desde hace tres semanas los rabinos establecieron que el mode ani termina con a frase “¿qué hacemos hoy?”
8. La peluca, el aparato digestivo y los nervios destruidos.
9. La alegría de que los precios de nuestro barrio ahora nos parecen razonables.
10. Saber tefilat haderej de memoria.
En casa también usamos el código del deletreo: Pe-ele-a-zeta-a? es un clásico.
ResponderEliminarY a la jaula del león no es que justo estaba durmiendo. En realidad, duerme todo el día.
Saludos!
Leandro
Claro! y es por eso que mis hijos creen que los leones no son peligrosos... le tienen más miedo a los gatos.
ResponderEliminargrande el articulo,resumiendo las TAN ESPERADAS VACACIONES.
ResponderEliminarsigo pensando que debieras publicar los articulos tan ocurrentes y a la vez sensatos.
serias como 1 maitena,pero con tematica judia religiosa
jaia
no podria describirlo de otra manera!!!!. Pero valio la pena....
ResponderEliminarJaia, gracias por tus halagos, pero ¿cómo voy a aceptar una comparación con la Gran Maitena?
ResponderEliminarY para demostrar que no le llego ni a los talones, en el próximo post me divertiré un rato