La Torá nos muestra como al principio de los días, o mejor dicho durante el sexto día de la creación, había un hombre, una mujer... y una serpiente. Un hombre y una mujer – Adam y Java – con un objetivo y una tarea divina que cumplir – “trabajar y cuidar el Gan Eden” - y una criatura, también divina, encargada de tentar al hombre a desviarse del camino correcto, y de interferir y arruinar los planes divinos y humanos de perfección.
Si bien el análisis completo de estos pasajes podría ocupar cientos o miles de páginas, en este caso nos centraremos en el rol de la serpiente.
En el libro Nefesh Hajaim, el gran cabalista Rabí Jaim de Volozyn relaciona a la serpiente con la presencia del Mal en el mundo. Sin embargo, lo que más sorprende de su mensaje es el énfasis que el sabio pone al destacar que la serpiente no sólo tienta a la mujer sino que lo hace “desde afuera”, “en segunda persona”, es decir, le dice: “tú puedes comer del árbol y nada malo te sucederá”. Está bien, es evidente que así sucede, mas ¿qué tiene esto de extraño? ¿La primera o segunda persona gramatical es acaso lo que modifica la influencia del Mal y su capacidad dañina? No obstante, si lo analizamos con detenimiento, descubriremos que esta situación, en la que la serpiente – el Mal – habla al hombre “desde afuera”, es única en la historia de la humanidad. Intentaremos aclararlo...
-----------------------------
Calendario Cabalístico.Ben Itzjak.Ed Edaf
¡Shavua Tov!
ResponderEliminarAhí quería yo llegar cuando en mi blog publiqué aquello de "Síndrome de las tazas de té".
¡Estupendo el post Elisheba!
Espero con gran atención el resto de las entregas, en lo que al tema se refiere.
¡ Shalom !