Escribe Rabi SH”R Hirsh:
Nunca ordenes a tu hijo algo de más, sin importancia y tampoco te niegues a un pedido inofensivo o insignificante. De todas formas si ordenaste, debes procurar de que se cumpla tu orden con firmeza, y si te negaste, debes mantener tu postura a pesar de todas las insistencias y presiones que ejerza el niño… Debes cuidarte mucho de la palabra !“No”!. Permítele a tu hijo todo lo que puedas conceder, con la condición de no afectar su bienestar físico y moral.
Nunca le ordenes, o te niegues, de acuerdo a tu estado de ánimo, ya que no tiene ningún tipo de relación con el niño. No autorices algo que luego tengas que prohibir, ni prohibas algo que luego debas autorizar…
La manera en que prohibimos o autorizamos, o la alegría con que le otorgamos libertad para realizar lo que desea, transmiten claramente, si la prohibición o el permiso fluyen de un estado de ánimo transitorio, de la aspiración por dominar, de una obstinación absoluta; o de una previa meditación. No permitamos o neguemos sino lo que debemos prohibir o permitir.
Los niños, simplemente, se tornan más obstinados y tercos cuando les fijamos límites exagerados. Si deseamos que sean más obedientes, en ocasiones, tendremos que exigir menos. Tendremos que acostumbrarnos a pensar, esencialmente, en su bien y no en nuestras necesidades inmediatas. En el momento en que desarrollemos mayor paz interior, y no anhelemos la perfección absoluta, nos será fácil obviar muchas otras cosas y no nos veremos forzadas a cargarlos con tantas obligaciones.
Expresemonos siempre en voz suave y tierna...
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Aprendiendo a ser padres. Miriam Levi. Ed. Jerusalem de México
Este tipo de enseñanzas me llenan de ternura.
ResponderEliminarNo sólo me vienen muy bien para aprender esta difícil profesión de ser madre, sino que es fabuloso tener la visión del judaísmo al respecto de la educación de nuestros hijos.
Me parece muy constructivo en este tipo de posts para crecer en nuestra otra profesión de ser eshet jail.Gracias