Ya saben que no me gusta andar con rodeos, a las cosas hay que llamarlas por su nombre, a la matzá, matzá y al vino, vino, así que allí voy: Dejen de preparar tanto la carne (y las papas) para el Iom tov (fuera de Israel, dos Iamim tovim), y preparen un poco el espíritu. Salgan de sus cocinas alumínicas y tómense un minuto para reflexionar sobre el trabajo personal de los próximos días.
martes, 14 de abril de 2009
Cuando hay hambre no hay matzá dura
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar, se que cuesta esfuerzo