En nuestra sección “la mujer de hoy ya no se arregla (ahora se produce)” vamos a referirnos al los temas femeninos por excelencia: la casa, los hijos, la carrera y el matrimonio.
Si ustedes al mismo tiempo que lavan los platos, hablan con un cliente sosteniendo el teléfono con el hombro. Si con una mano le sirven jugo a uno de sus hijos y con la otra revuelven el puchero. Si comen de pie, se maquillan caminando y hacen las compras corriendo. Si tienen la columna destruida, las noches interrumpidas y los días agobiados. Si son de las que estallan y entonces arde Troya. O si son de las que callan pero explotan para adentro, no se vayan, queridas amigas, sigan con nosotras luego de la pausa.
Pausa.
Las mujeres somos super poderosas. Podemos ser esposas, madres, maestras, enfermeras, artesanas y nutricionistas. Podemos resolver temas domésticos, temas técnicos y temas humanos. Tener buen humor, buen aspecto, buenas ideas y todo al mismo tiempo. Pero si podemos ¿por qué muchas veces nos sentimos tan frustradas? ¿Por qué nos lamentamos?
Otra pausa.
La mujer es el órgano interno del hogar y por lo tanto no puede detener sus funciones. Enfermas, cansadas o tristes las mujeres seguimos funcionando. ¿Pero cómo? Muchas veces quejándonos (por como se quejan, algunas mujeres más que judías parecen protestantes). Otras veces perdiendo los estribos y en muchas más oportunidades desconectándose consigo misma.
¿Ustedes le darían el cuidado de sus hijos a una mujer nerviosa? ¿Le darían la responsabilidad de atender sus casas a una mujer ineficiente? ¿Le delegarían el trabajo a una mujer distraída? Bueno, si no entendemos de una vez por todas nuestra obligación de cuidarnos, esas seremos nosotras.
Pausa.
Una pausa, se los vengo diciendo, ese es el secreto. Dejen de buscar la solución en los libros de autoayuda o en las técnicas esotéricas. La respuesta la conocemos desde niñas, cuando hacíamos una ronda y cantábamos el arroz con leche: “que sepa coser, que sepa bordar, que sepa abrir la puerta para ir a jugar”.
Es tan simple y claro que no entiendo cómo lo olvidamos todo el tiempo: Un poco de ejercicio físico, una siesta de quince minutos o un café con una amiga pueden lograr maravillas.
En las dos últimas semanas Sarah Radcliffe se dedicó a esto en su columna de la revista “Mishpajá” y allí remarca la importancia de la buena alimentación, del descanso y del desarrollo de los talentos personales. Y dice más, dice que una mujer que no respete su persona le está dando un mal ejemplo a sus hijos y sólo está “produciendo” generaciones de seres humanos que no van a saber cuidar de si mismos.
Es verdad que una mujer tiene que dar todo. Pero para poder dar, tiene que tener. La salud física y mental de cada una es responsabilidad de cada una. Así como entendemos que los pilares de un edificio tienen que estar bien basados para que la construcción se sostenga, debemos convencernos de una vez por todas que el pilar de la casa es la mujer y que si ella se derrumba, el resto se viene abajo.
Así que queridas amigas, cuando estén muertas de cansancio, muertas de sueño o muertas de hambre, háganse un poco las vivas, por favor, tómense un descanso.
Si ustedes al mismo tiempo que lavan los platos, hablan con un cliente sosteniendo el teléfono con el hombro. Si con una mano le sirven jugo a uno de sus hijos y con la otra revuelven el puchero. Si comen de pie, se maquillan caminando y hacen las compras corriendo. Si tienen la columna destruida, las noches interrumpidas y los días agobiados. Si son de las que estallan y entonces arde Troya. O si son de las que callan pero explotan para adentro, no se vayan, queridas amigas, sigan con nosotras luego de la pausa.
Pausa.
Las mujeres somos super poderosas. Podemos ser esposas, madres, maestras, enfermeras, artesanas y nutricionistas. Podemos resolver temas domésticos, temas técnicos y temas humanos. Tener buen humor, buen aspecto, buenas ideas y todo al mismo tiempo. Pero si podemos ¿por qué muchas veces nos sentimos tan frustradas? ¿Por qué nos lamentamos?
Otra pausa.
La mujer es el órgano interno del hogar y por lo tanto no puede detener sus funciones. Enfermas, cansadas o tristes las mujeres seguimos funcionando. ¿Pero cómo? Muchas veces quejándonos (por como se quejan, algunas mujeres más que judías parecen protestantes). Otras veces perdiendo los estribos y en muchas más oportunidades desconectándose consigo misma.
¿Ustedes le darían el cuidado de sus hijos a una mujer nerviosa? ¿Le darían la responsabilidad de atender sus casas a una mujer ineficiente? ¿Le delegarían el trabajo a una mujer distraída? Bueno, si no entendemos de una vez por todas nuestra obligación de cuidarnos, esas seremos nosotras.
Pausa.
Una pausa, se los vengo diciendo, ese es el secreto. Dejen de buscar la solución en los libros de autoayuda o en las técnicas esotéricas. La respuesta la conocemos desde niñas, cuando hacíamos una ronda y cantábamos el arroz con leche: “que sepa coser, que sepa bordar, que sepa abrir la puerta para ir a jugar”.
Es tan simple y claro que no entiendo cómo lo olvidamos todo el tiempo: Un poco de ejercicio físico, una siesta de quince minutos o un café con una amiga pueden lograr maravillas.
En las dos últimas semanas Sarah Radcliffe se dedicó a esto en su columna de la revista “Mishpajá” y allí remarca la importancia de la buena alimentación, del descanso y del desarrollo de los talentos personales. Y dice más, dice que una mujer que no respete su persona le está dando un mal ejemplo a sus hijos y sólo está “produciendo” generaciones de seres humanos que no van a saber cuidar de si mismos.
Es verdad que una mujer tiene que dar todo. Pero para poder dar, tiene que tener. La salud física y mental de cada una es responsabilidad de cada una. Así como entendemos que los pilares de un edificio tienen que estar bien basados para que la construcción se sostenga, debemos convencernos de una vez por todas que el pilar de la casa es la mujer y que si ella se derrumba, el resto se viene abajo.
Así que queridas amigas, cuando estén muertas de cansancio, muertas de sueño o muertas de hambre, háganse un poco las vivas, por favor, tómense un descanso.
Haré "una pausa" apenas terminen las vacaciones y me tomaré una vacaciones!!
ResponderEliminarok, ok....saldré a caminar esta noche!!!!
8:30
ResponderEliminarMe encantaría 8.30 pero no llego!
ResponderEliminarMi problema es que mis pausas son mas corridas que pausas, correr para ir a bailar y correr para el shiur, etc y en el camino hago otras cincuenta cosas obvio. El otro día tuve la patética sensación del protagonista de All that jazz (película que odié toda mi vida) cuando se miraba a la mañana en el espejo.
Creo que tengo que hacer la pausa de la pausa.
GRACIAS Judi! un placer leerte!
Andi
Ahora que lo decís, Andi, me doy cuenta de que a mi también me pasa. Me encuentro con una amiga para distendernos, salimos de compras, tomamos café, pero al final todo lo hacemos corriendo. Vuelvo a mi casa molida y todavía me quejo...
ResponderEliminarY gracias por alentarme! Me alegra tener una lectora.
Judi: tienes muchas lectoras, y tambien lectores.
ResponderEliminarApreciada amiga -permiteme la expresión-, tus post son geniales y en casa todos comentamos y disfrutamos cuando escribes.
Ya responderemos alguno de ellos. Sigue en esa linea, pues llevas mucho con suelo y bien a mucha gente.
Un abrazo desde España.
Yahy'h
Gracias Yahy'h (¿o debería llamarte licenciada?) Sabemos que nos leen desde España, aunque últimamente nos tenían un poco abandonadas. ¿Ya terminaron sus vacaciones?
ResponderEliminarme encantan tus articulos.
ResponderEliminarreflejan una personalidad sensible, sincera y burbujeante
gracias por compartir tus experiencias diarias con tus lectoras.
desde bs.as.
jaia, la mama de shuly
¡Hola Jaia! Gracias, gracias de verdad. Veo que Shuly está haciendo un buen trabajo de promoción...¡esa es mi familia! apoyándome aunque sea desde lejos (¿siendo la suegra de mi cuñado vendrías a ser mi suegrañada?)
ResponderEliminarSaludos desde Jerusalén
Que Diva que sos JUDI!!!!!
ResponderEliminarte quiero amiga ! segui escribiendo
besos
K.
BS"D
ResponderEliminarBARUJ HASHEM!!!
LLegué a este escrito por buscar en internet artículos en españos de Sarah Radcliffe y así encontré este 'tesoro'.... Gracias Judi!!!
Soy Margalit, desde Buenos Aires, soñando con escribirte pronto desde Artzenu!!!
Margalit, bienvenida al blog. Te cuento que soy fanática de los artículos de Sarah Radcliffe. Yo los leo en la revista Mishpaja (en Inglés), pero vi que en la página de Aish latino están subiendo artículos suyos traducidos ¿los viste?.
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