jueves, 21 de febrero de 2008

"El que cerrare sus oídos al clamor del menesteroso, también un día clamará y nadie le responderá" (Mishlei 21, 13).


Cuando la persona posee plena conciencia que es Hashem quien le da el dinero que posee, y es Hashem quién le brinda la posibilidad de usufructuarlo (siendo también Hashem quien en un instante puede quitarselo todo), adquiere con ello la capacidad de pensar de una manera mucho más altruista respecto al mundo que lo rodea, abriéndo sus oídos, su corazón y su mano para ayudar al menesteroso.

En cambio, la persona que piensa que todo depende únicamente de su propio esfuerzo, olvidándose que es Hashem quién le dá la fuerza para tener éxito, ello afectará indefectíblemente el grado de sensibilidad y de altruísmo con el cual se relaciona con sus semejantes, lo cual –tarde o temprano- habrá de "regresar" a la persona, a quien del Cielo le habrán de pagar también con la misma moneda!

------------------------------------------------------------
Extraido de Torah Day por Rab Kaufmann

No hay comentarios: