miércoles, 13 de febrero de 2008

El Poder del Mes de Adar (1)


Los sabios relacionan esencialmente el mes de Adar con la risa. El Talmud, por su parte, también enseña que tal como cuando llega el mes de Av se debe disminuir la alegría, cuando el que llega es el mes de Adar, entonces la alegría debe aumentar.


Si nos detenemos un instante y reflexionamos, notaremos que la orden precisa es «aumentar la alegría» y no «alegrarse», lo cual significa incrementar algo que ya existía. No nos indican abandonar un estado de tristeza o de indiferencia y alegrarnos, sino fortalecer algo existente.

Ante todo, intentemos aclarar el significado más profundo de la alegría. ¿Qué es la alegría?

Debemos distinguir entre dos conceptos que solemos manejar de modo indistinto y que en la mayoría de los casos se entremezclan y confunden: la risa y la alegría.


La alegría —en hebreo, simjá— es una corriente energética interior, íntima, relacionada en muchos pasajes bíblicos con el corazón de la persona. El corazón experimenta la alegría. Exactamente lo mismo sucede en el caso de la tristeza, la cual habita en lo más hondo del individuo. El corazón experimenta la tristeza. Los sabios señalan como un acto de grandeza llenar y colmar el corazón de alegría.


La risa —en hebreo, tzjok— es la exteriorización de la alegría y en el lenguaje bíblico es asociada con la boca. Cuando la risa se reduce a expresar fielmente la alegría interior, entonces no posee un valor realmente propio ya que se trata de un reflejo y de un eco de la alegría que ha brotado de lo más profundo y recóndito de la persona. Sin embargo, y sin que el límite normalmente nos resulte del todo definido, la risa suele disfrazarse falsamente de fiel representante de la alegría interior, de la simjá. Una risa independiente, desconectada del interior del individuo. Una risa de la boca hacia afuera.

Los sabios del Talmud prohiben en «este mundo» colmar la boca de risa.

Notemos que el énfasis está puesto en un período temporal muy definido: en «este mundo».


¿Por qué la prohibición se relaciona con nuestro mundo limitado?

La alegría es la energía interior que busca desesperadamente romper y trascender los límites de la propia y estrecha existencia. No le basta con mi propio mundo ni con mi persona, por más desarrollada y erudita que sea; no puede respirar entre estas cuatro paredes existenciales. Es un sentimiento energético de expansión, de exteriorización, de búsqueda de trascendencia. Físicamente, cuando experimentamos alegría tendemos a abandonar nuestra casa, salir a pasear, a caminar, a compartir. La alegría y el límite se rechazan mutuamente.


La tristeza es la energía interior que busca contraer, comprimir, circunscribir y enfatizar el límite de la propia existencia. Allí se refugia. En ese medio íntimo alcanza y logra su máxima seguridad. Físicamente, cuando experimentamos tristeza solemos quedarnos en casa, desconectamos el teléfono, nos encerrarnos en nuestra habitación. La tristeza se aferra al límite con toda su fuerza.

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