lunes, 19 de julio de 2010

Tzom kal para todo Am Israel

Tishá B´Av


Video sobre Tishá veAv, aquí

Y de nuevo les recomiendo LA ULTIMA GUERRA


צום קל
Tzom Kal
Ayuno fácil

domingo, 18 de julio de 2010

Multa de 500 Shekels ... ¿A mí? (un post de Johanna)

Era una tarde de invierno cuando recibí una citación de la policía israelí a declarar por alguna infracción que había cometido mi auto con fecha de hacía dos meses atrás a las 7:48 hs. AM…-y…es posible, pensé. Es la hora de las macanas ya que entro a trabajar a las 8:00 en punto. Como la citación era por la mañana, no veía la posibilidad de llegar, así que pedí a mi jefe con anticipación unas horas libres mostrándole la carta misteriosa y temeraria.

Cuando finalmente llegó el día, dos compañeros de trabajo faltaron y me vi obligada a quedarme. Llame por teléfono al número que decía en la citación y explique que no iba a poder llegar. La comandante grito GUIVERET (señora) ESTO NO ES CHISTE y muy asustada tratándose de medinat Israel moví uno y uno de mis compañeros para poder llegar. Por suerte me atendieron rápido. “La mujer de la ley” luego de buscar mi número de patente en un libro gordo como un Sefer Torá, comenzó a relatar la denuncia que había presentado un civil en contra mío: “la conductora leía muy concentrada el periódico mientras manejaba” ¿qué??!! Exclamé!!!, como me hacen perder tiempo de esta manera!!! Que ridículo…mientras sonreía irónicamente me vino a la mente mi BIRCOT HASHAJAR gigante que guardo en el auto para el viaje (como buena baal tshuva todavía no logre aprenderme las berajot, lamentablemente cuando quise incorporar toda la información kodesh a mi memoria, estaba ya llena y gastada con banalidades como con “el preámbulo de la constitución nacional argentina" o "las canciones de “los parchis”), mire a la general a la cara cuando sus labios pronunciaron la palabra “SHAJAR”, "dice aquí -dijo- que el periódico se titulaba algo con… “shajar”. Le explique muy indignada y orgullosa, mientras me acomodaba el kisui rosh, que muchas mañanas cuando el transito me retiene simplemente… rezo . (noooo, me dije a mi misma, todavía no aprendiste que en Israel no hay que ser tan sincera!!!). La mujer anoto cada palabra mía y me dijo que la resolución del juez me iba a llegar por correo….

Cuando me fui tuve ”tiempo” para analizar… la primera inclinación fue pensar: pero quien fue el malvado y atrevido que me denuncio, habiendo tantos asesinos al volante. Pero luego recordé lo que había leído en el libro “El Jardín de la Emuná” , el perro corre tras vara pensando que es la que le pega sin darse cuenta que es el hombre el que la maneja, o…Iosef avinu que no se enojó o peleó con las serpientes en el pozo si no que le pidió a Hashem que lo salve .

Entonces exclame HASHEM SOY INOCENTE, no solo que no cometí un pecado sino que estaba haciendo una MITZVA. Pero… a lo mejor no es la forma de rezar que Él quiere , a lo mejor le tengo que dar mas “kavod” e importancia a la tefila. ¿No es acaso Hashem el que maneja el transito y puede lograr que llegue a tiempo al trabajo o que mi jefe llegue tarde? ¿No es Él quien nos da el tiempo, el lugar y la energía para poder rezar, o quien le da "fuerzas al cansado” si es que se levanto antes para rezar?…. ¿Será que mi tefila tiene tanto poder que de esa forma la estoy desperdiciando?. Será que me quiere despertar y que me acerque a Él. Por unos días mi tefila fue diferente, pero luego …volví a la rutina!

Hoy recibí la resolución del juez CULPABLE!!! -500 shekels!!!!

Hashem me avisó, me desperté pero me volví a dormir...
AMIGAS nos encontramos antes del dia del juicio (Rosh Hashana), todavía ESTAMOS A TIEMPO DE DESPERTARNOS…DESPERTEMOSNOS!!!!

Para terminar mi relato, que aunque parezca mentira paso de verdad, como Hashem es pura bondad y su intención fue solo que reflexione, el mismo día que recibí la multa, recibí el regalo de mis compañeros de trabajo por el nacimiento de mi hijo….si, si….500 shekels.

jueves, 15 de julio de 2010

Bitácora de Aliá II

LeIlui Nishmat de Jaie Freide bat Sure Golde

La mesa de mi bobe.
Estos días leí que a algunos Tzadikim los enterraron con sus mesas.
Esas mesas llenas de Toire, eran sus testigos fieles de amor y fidelidad a HaShem...
Le digo a mi esposo, le cuento, no se qué hacer con la mesa de mi bobe...
Le cuento lo que leí y me mira, no entiende, qué querés hacer?
Quiero saber dónde va a estar la mesa de mi bobe, para que después de los 127 años...
Me encantaría ser tzadeket... y que esta mesa...
Mi esposo no tuvo palabras, mejor, por las dudas...
Surgen cosas tan insólitas en estos días, con los objetos, con la gente y viceversa...
Hay gente que presiona para verme! Presiona para que yo haga una despedida teatral...

Me hacen acordar a cuando trabajé con Luis Miguel, sí! Luis Miguel!!! Fue solo una gira por el interior del país, yo formé parte del coro y armé las coreografías. Como culminación de ese trabajo, hizo una presentación, creo, en ATC, un canal de televisión argentino. Las fans enloquecidas, esperaban afuera del canal para verlo (?). Y los músicos, y las chicas del coro, que acompañábamos a la estrella, salíamos a la intemperie, a través de un corredor humano formado por gente de seguridad. Las fans, nos habían visto cantar “cerca” del ídolo, y no lo podían soportar, así que, cuando salimos caminando por ese corredorcito, nos patearon los tobillos y nos insultaron con palabras tan groseras, que por supuesto, ya no guardo en la memoria...

Con esto de que “nos vamos”, la gente saca reacciones insólitas de la galera, o de debajo de la peluca. Hay gente que se emociona, se pone contenta y triste, y hay otra gente que reacciona de manera extraña... HaShem me trae con esa gente, algunos puntapiés solapados, algunas bolsas de culpa tiradas por la cabeza, y algunos arañazos de último momento... Yo trato de aferrarme a Él con todas mis fuerzas y seguir mi camino. Porque, esta vez, el corredorcito es la antesala de mi casa, me lleva hacia mi lugar, hacia nuestro lugar, hacia nuestra verdadero hogar...
Y, después de todo, HaShem, en Su bondad infinita, me trae una amiga, Margalit, que se llevará a su casa la mesa de mi bobe, para seguir llenándola de Toire y de voces de niños en el Kidush de Shabat...

Y tal vez, antes de lo que esperamos, estaremos comiendo Seudat Mashiaj sobre esa mesa, en Ierushalaim, junto a mi bobe Jaie, por supuesto.

miércoles, 14 de julio de 2010

Crecer Con La Luna - Rosh Jodesh Av


Escucha el audio del shiur de Ruth Shira sobre el mes de Av


Trabajo Espiritual del Mes:

martes, 13 de julio de 2010

Para volver a mi templo personal (un post de Andi)

En estos últimos dos años las semanas de bein hametzarim fueron raras para mi. Por un lado tengo una enorme necesidad de shiurim más jasídicos que de musar. Tanto "jatati" ashkenazi… no sé, me pregunto si es un truco del ietzer hará para sacarme de la vivencia real de estos días, que debería ser de nostalgia y tristeza por lo perdido.

Y por otro lado, leo textos que intelectualmente me hacen comprender el tema e incluso me hacen derramar lágrimas en el momento. Pero mi cotidiano se sacude como perro mojado.

Ayer pensé que tal vez cuando interpreto como “debería” ser y sentir es cuando caigo en las manos del ietzer (siiii, siempre por el mismo lado, ¡me doy cuenta mientras escribo!) porque me empiezo a alejar de donde estoy realmente para irme al maravilloso mundo en el que mi cabeza piensa que debería estar. Entonces me desconecto y me tropiezo con las paredes de la nueva realidad que acabo de crear yo solita, sólo con mi imaginación.

Hasta que finalmente, a pocos días de Tisha ve Av me doy cuenta que al final estoy a oscuras y perdida y que si, que estoy tal cual pensaba, en la vivencia ashkenazi de la que me escapaba, a oscuras y sin saber cómo volver a mi templo personal.

Y al final el ietzer se ríe a carcajadas de mi, porque me alejé, dude, me enfríe, inventé y construí un mundo imaginario. Y me alejo tanto que en un momento me pregunto cómo llegué hasta ahí

Lo bueno es que todo es un círculo y en el momento en que pienso que estamos más lejos también tengo la posibilidad de acercarme, porque al fin y al cabo siempre estamos volviendo.

A Su casa. A nuestra casa. A ese punto intacto, íntimo y personal. Y la vivencia se hace auténtica. Como dice el rab Ben Itzjak: "Basta una conversación con HaKadosh Baruj Hu para enloquecer de nostalgia, para que esa conversación se transforme en un diálogo abierto".

viernes, 9 de julio de 2010

La jaula en el suelo

Quería contar la historia de nuestros pajaritos, quería contar todas las teorías que desarrollé cuando la jaula se cayó y la pájara se escapó por la ventana perdiendo plumas en el camino. Quería contar que el pájaro se quedó estático en la hamaca invadido por sentimientos desérticos. Quería contar que por culpa de mi culpa (mala dueña de tortugas y peces) me equivoqué y dejé que el miedo a que la jaula se vuelva a caer me hiciese dejarla en el suelo.

Quería contar que el pájaro que quedó solo no comía ni cantaba y que mi yo sabelotodo decía que era porque un hombre no puede sin una mujer y que mi yo melancólico me corregía señalando que viceversa porque lo mismo le pasó a la pájara pinta de Maria Elena. Quería contar que si no aparecía mi yo práctico y me sacaba tantas tonteorías ese pájaro hubiese muerto.

Quería contar que lo único que había que hacer era volver a poner la jaula en el lugar desde donde se ve el árbol y se percibe el aroma a tierra húmeda del rocío. Quería contar que había que salir a comprar una pájara nueva.

Quería contar la historia de nuestros pajaritos para compararla con la nuestra. Quería compararla con las situaciones en las que nos quedamos esperando que vuelvan los pájaros que se nos han escapado. Quería contar que los miedos hacen que dejemos la jaula en el suelo. Que nos veo trabados en nuestros problemas cuando la solución está cerca. Quería contar que a veces basta con ubicarse un poco más arriba, a donde llegue la luz y desde donde se vea el cielo.

jueves, 8 de julio de 2010

Crecer Con La Luna - Rosh Jodesh Av

Las Doce Etapas de la vida del Hombre

Las constelaciones son vasijas en manos de El Creador. Por sí mismas carecen de significado; su tarea es simplemente servir como guía.
Tal como está citado en el Midrash Tanjumá (Ha´ azinu 1), las constelaciones reflejan las variadas situaciones y fluctuaciones de la vida de los individuos, ascensos y caídas desde el momento del nacimiento hasta el final. Cuando un niño nace todo es aún limpio y puro, pero a medida que crece el test de la vida no esquiva a nadie. La pregunta es siempre: Qué camino elegir? 

La rueda de las constelaciones representa las variadas posibilidades de fracaso o éxito. Uno puede fracasar pero al fracaso le sigue la corrección y la continuación de un proceso. En las palabras del Midrash:

El ciclo de los signos astrológicos es como el ciclo de la vida del hombre: 
Al principio, cuando nace, el hombre es suave y delicado como el cordero (Talé/Aries). 
Al crecer se vuelve poderoso como un buey (Shor/Tauro). 
Luego se asemeja a los gemelos, viéndose a sí mismo como completo y perfecto (Teumim/Geminis). 
Es ahí cuando su yetzer hara (impulso negativo) se destaca. 
Al principio es tan pequeño como un cangrejo (Sartán/Cancer), pero al dejarlo descuidado, se vuelve tan fuerte como un león (Arié/Leo). 
Si el hombre peca, su yetzer hará le pone una mascara de inocencia,
haciéndolo parecer tan puro como una doncella (Betula/Virgo). 
Y si sigue transgrediendo, es colocado en una balanza (Moznaim/Libra), 
y su suerte es así medida. 
Si persiste en su rebelión, cae en las profundidades de abajo, como en un hoyo, donde se encuentra el escorpión (Akrav/Scorpio). 
Sin embargo si cambia de parecer, se arrepiente y regresa a D´s, asciende del hoyo como una flecha, como la flecha que se dispara del arco (Keshet/Sagitario). 
Es ahí cuando se transforma y regresa a su previo estado de inocencia,
volviéndose como un niño (G´di/Capricornio) - purificado por las
aguas del que contiene las aguas (D´li/Acuario). 
Finalmente su vida se convierte en un ciclo completo cuando como el pez (Daguim/Piscis), se entrega al disfrute de las aguas de la eternidad, con su alma en pleno reposo en el mundo de allá arriba de donde provino.

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Fuente: Tora.org.ar ("Signs of the Times" de Gad Erlanger)

lunes, 5 de julio de 2010

Bitácora de Aliá I

Jannah me pidió que escribiese la introducción para la serie de artículos que Patricia (Dvorah) va a compartir con nosotras. Empecé a darle vueltas al asunto: "Con ustedes una bitácora de Aliá" "De Argentina a Israel, mucho más que un viaje" o "Capítulo 1: el adiós a los peluches". Pero nada de esto me convenció así que simplemente la presento: Con ustedes, Patricia (Dvorah): Que suba el telón.

Nuestro departamento está a la venta.

Hoy vinieron algunos amigos a llevarse algunas cosas que regalamos, la biblioteca de mi Bobe, los peluches de mi hijo mayor (20), las plantas que mi esposo ha cuidado, la parrilla para hacer asaditos y muchos libros infantiles de mi hija (13)...

La casa está desarmada, en lo superficial, sin orden, sin armas que esgrimir, se ha dado por vencida, sabe que ya ha cumplido con lo que había venido a hacer...

Y nosotros, con nuestros corazones renovados y nuestros sueños y miedos entrelazados, vamos en busca de otra casa para armar...

Nuestra casa, o lo que queda de ella, fue nuestro hogar, nuestro laboratorio. Aquí, pasamos de todo, aquí comenzamos a conocernos con Di-s y entre nosotros... Cuando esta casa nos recibió, por ese entonces, mi familia estaba compuesta por mi hijo, mi perro, y yo. Luego llegó a nuestras vidas, mi compañero, que se convirtió en mi esposo. Comenzamos a hacer Teshuvá, nació nuestra hija, mi perro se dejó morir, y luego mi hijo, se fue a vivir con su papá. Cada instancia, fue desbordada por emociones que solo una casa antigua como ésta, con paredes de 30 centímetros, puede soportar. En todos estos años, (quince?), pasamos de todo, Baruj HaShem, y nuestra casa se bancó todas las transiciones. No es una metáfora, Di-s nos proveyó de un escudo, nuestra casa sufría averías y roturas, y mientras HaShem distraía al Satán con esas “calamidades”, nosotros hacíamos Teshuvá, cuidábamos la pureza familiar, teníamos una hija, mi esposo comenzaba un emprendimiento empresarial, teníamos infinitos invitados en Shabat, estudiábamos Toire con pasión y con sed, yo armaba grupos de estudio de Toráh para mujeres profesionales, recibíamos a toda mi familia para Pesaj, luego para Rosh HaShone, hacía un CD, (con relatos y canciones), sobre Noaj y las 7 Mitzvot, cambiábamos a nuestra hija tres veces de escuela, mi esposo estudiaba y buscaba en cinco (o más) Yeshivot distintas. Yo creaba una midrashá para mujeres y la cerraba, lágrimas de Tefilah inundaron mis espacios, pidiendo para que mi hijo volviera, buscamos agrandar la familia, y la agrandamos... espiritualmente y con hijos de Torá. Nosotros cambiábamos y la casa nos aguantaba... Di-s nos la dio, para que podamos crecer. Y ahora, después de tanto festejar, de tantas pérdidas lloradas, le vamos sacando los pedacitos de escenografía que cuelgan de sus paredes, mientras se mantiene erguida con las pocas fuerzas que le quedan, sabe que hizo todo lo posible para protegernos, y ahora nos tiene que soltar...

Y yo, también tengo que soltarla...

El Arizal, nos enseñó que cada criatura, cada planta, cada objeto, cada cosa inanimada, está vitalizada por un alma que habita dentro de ella. Los iehudím, hemos sido dispersos por el mundo para elevar esas chispas de Divinidad que sustentan la existencia. Y yo, aquí estoy, con mis retacitos de almas que me acompañaron hasta ahora y que debo liberar para que emprendan, como yo, el regreso a casa...

Ahora, ya es momento de llevar lo que he espumado de la parte del planeta que me tocó refinar, ahora debo dejar las anclas y remontar las luces que coseché en este hogar y emprender nuestra nueva-antigua tarea en nuestra Tierra Santa, en Ierushalaim...

Pero dentro de mi corazón, alimento un deseo, tal vez, algún día, mi casa y yo, nos volvamos a encontrar, tal vez la vuelva a ver espléndida, con sus aberturas, sus pisos y sus estructuras perfectas, luminosa y feliz, tal vez nos volvamos a abrazar, cuando llegue ese tiempo en que los hogares y los batei knesiot del mundo, retornen junto al Mashiaj, a testificar sobre la Toráh que guardan y habitan en sus paredes... Ese día haremos una gran fiesta, (bli neder, con un asadito)...

Que Di-s nos conceda esa Gracia, muy pronto en nuestros días, Amén


lunes, 28 de junio de 2010

Todos tenemos una doble vida (o algún día voy a dejar de poner títulos de canciones)

Hoy sería el día perfecto para volver a mi infancia, pero no a un día cualquiera; quisiera aparecer en alguno de los días en el que me tomaba un helado camino a la plaza jugando a terminar el vasito mediano antes de llegar a las hamacas. Ustedes se preguntarán por qué no me compro un cucurucho en la esquina y me dejo de tanto rebusque metafísico, y la respuesta es que no es tan fácil porque ser una mujer adulta religiosa no combina con comer un helado camino a ningún lado.

Ya sé que a esta altura la mitad de los lectores se habrán retirado indignados ante esta declaración extremista, y la otra mitad estarán imaginando lo que me podrían decir en los comentarios si superaran la pereza de escribir tres líneas y presionar enviar, pero también estoy segura de que unos pocos me entienden y saben que lo que digo es un dilema diario al que nos enfrentamos los baalei teshuvá: preguntarnos si lo que nos sale naturalmente, o mejor dicho, hacer lo que se nos viene en gana, encaja en la vida que llevamos

Tenemos un bagaje cultural que aflora incentivado por resortes misteriosos y que nos deja tambaleando entre lo que somos y lo que hemos sido. Quisiera dar un ejemplo pero no se me ocurre ninguno. Bueno, en realidad si se me ocurre pero no quiero darlo para no ponerme en evidencia. Pero la verdad es que es tan exacto para explicar la idea…. ¿ven? a esto me refiero: Un eterno dilema.

Ya que insisten voy a decirlo sólo con fines constructivos: El mundial 2010. ¿Cómo una mujer religiosa va a hablar del mundial? No encaja, suena raro, está mal visto. No puedo llegar a una jatuná y hacer un chiste: "la Messi está servida" o "desde ahora el diario Clarín debería llamarse Vuvuzela"… ¿se imaginan? quedaría descolocada.

Pero ese tampoco es el conflicto Porque ¿a quién quiero engañar? Si Hashem sabe exactamente cuántos minutos malgasto pensando en la formación de Argentina ¿ante quién tengo que disimular? Lo que genera conflicto es no saber si uno queda atado a esas cosas por rebeldía, como una manera de mantener un pie de cada lado e intentar no perder nada.

¿Les conté que cada año, hacia final del verano en mi barrio corría el rumor de que la heladería Cachito no iba a abrir al año siguiente? Eso me hizo comer muchas veces el "último helado Cachito de mi vida" y de una u otra manera, todavía lo sigo haciendo, porque sigo apegada a muchas cosas por miedo a que no vuelvan, solo reteniendo esos "cachitos" de mi vida.

viernes, 25 de junio de 2010

No dejes de regar, se puede secar… (un post de nuestra amiga Gegi)

Les voy a contar lo que aprendí de mi planta.

Me encantan las plantas, pero la verdad es que cuidarlas no es mi fuerte… siempre me olvido de regarlas, ponerlas al sol y hacer esas cosas que se hacen con ellas…

Pero hace como 5 años vi en un mall una planta que me gusto, y decidí que quería colgarla en algún riconcito de mi casa, asi que la compré. Le compré un macetero muy lindo de mimbre oscuro y la colgué en el techo de mi casa.

Obviamente, no la regaba nunca….

Una vez al mes, cada dos meses, o quien sabe cada cuanto, me acordaba que no la había regado, y me impresionaba de que estuviese viva. La regaba y le tiraba el chorro de agua que quedaba en mi botellita o en mi vaso… o lo que estuviese a mi alcance.

Hasta que un dia dije: no puede ser que esta planta viva bajo estas condiciones.

Conclusión: ¡ESTA PLANTA ESTA MUERTA!
¿Dónde se vio una planta que no se la riegue nunca y siga viva?!
Seguramente esas hojas que se ven como vivas deben mmmmm “haberse disecado solas” o quizá sea de plástico y nunca me di cuenta…. o algo por el estilo.

¿Y saben qué hice? Dejé de regarla.

Y entonces, se murió.

Mi planta estaba viva, siempre estuvo viva, ¡hasta que yo decidí que no lo estaba más!

¡Hashem me habia dado una increíble lección! Entendí que lo que necesitaba mi planta para morirse era QUE YO PENSARA y ACTUARA COMO QUE ELLA ESTABA MUERTA.

Etiquetamos situaciones, personas y/o a nosotros mismos -e incluso a nuestros hijos:
- Esto es un caso perdido.
- Este nene es así, así y asá.
- No tengo salida con esta situación.
- No puedo cambiar.

Hashem SI confia en nosotros, Él no dice: estás perdido, no tienes solución. Al contrario, Él nos dice, “te doy un día más, para que trabajes en ti mismo y luches por seguir adelante, porque yo siempre puedo dar soluciones… “No dejes de regar esa planta”

viernes, 18 de junio de 2010

Instrucciones para subir una escalera

El otro día estaba escuchando una discusión entre mis hijos en la que el única estrategia de uno de ellos era simplemente repetir todo el tiempo "¿ma kesher? (¿cuál es la relación?)". Ya saben cómo es cuando uno está lavando los platos y no quiere involucrarse en una pelea infantil, que uno hace de cuenta que no pasa nada, y busca desviar la atención. Así que yo dejé que una cosa me llevase a la otra y que la cadena de asociación mental se libere (ayudada por el efecto emulsionante del detergente) pasando del "¿ma kesher" a "Mc Esher" y de allí al recuerdo de mi época universitaria, cuando en la clase de Morfología nos pidieron crear un stand de exposición y yo elegí representar una maqueta con las famosas escaleras imposibles de Mc. Esher.

No quiero dar por hecho que no conocen el dibujo, ni aburrirlos con detalles técnicos, pero si no explico ahora el atractivo de esa ilustración, después una amiga se va a hacer pasar por anónima en los comentarios para decirme que no se entiende lo que escribo: El dibujo representa a unos monjes en unas escaleras que suben y bajan sin llegar a ningún lado. No sé cómo el dibujante habrá logrado ese efecto, pero lo que yo ideé fueron unos escalones que subían unos centímetros en ángulo recto y que en el transcurso del peldaño sutilmente iban perdiendo la altura ganada hasta volver a la declinación original para crear la ilusión de ascenso en el próximo escalón

Todavía el día de hoy sigo indignada ante la nota que recibí por un trabajo tan fantástico, así que no pude evitar volver a caer en una disertación imaginaria donde yo expongo una variedad impresionantes de argumentos que convencen al despiadado profesor cuya ocupación actual debe ser darle de comer a las palomas. Pero apenas noté a dónde ese peregrinaje de pensamientos me había llevado, primero me asusté de mi misma y después atrapé una idea espeluznante que se me cruzó en el mismo momento en el se me rompía un vaso de Ikea

¿Y si yo soy como mi stand de exposición? me pregunté espantada ¿si creo que voy subiendo pero en realidad siempre estoy en el mismo lugar? ¿Si cada impulso espiritual sólo me eleva por un instante para irse perdiendo con el tiempo? ¿si la inspiración se desliza en peldaños resbaladizos? ¿si al final de la escalera me doy cuenta de que estoy al pie?

Mientras recogía los vidrios rotos pensaba que si los escaladores se atan a una soga para no caer al vacío, yo debería atarme con más fuerza para mantenerme ante cada avance espiritual . Y menos Mc. Esher y más kesher, más kesher

viernes, 11 de junio de 2010

Disculpe, creo que es su turno

Todavía no entiendo las reglas de los turnos en Israel. Aquí acostumbran a pedirle al último de la cola que cuide el lugar, algo que en Argentina sería ridículo y desconsiderado. Por ejemplo, uno llega al banco, hace media hora de cola y justo antes de ser atendido, viene alguien e indica que ese puesto es suyo. O en los supermercados, la gente deja los carritos y va terminando de hacer las compras mientras el carrito le cuida el lugar en la línea de espera. Al principio yo intentaba defender mi posición con discursos que incluían muchas veces la palabra “injusto” pero con el tiempo me resigné a ese absurdo y en vez de protestar, ahora sólo dejo que la situación me saque de quicio.

Por eso el otro día empecé a ponerme nerviosa en la clínica cuando me di cuenta de que la señora que tenía un turno posterior al mío había subido última al ascensor, quedando yo en el fondo y ella a lado de la puerta.

No se si les dije que lo que muchas veces pasa es que aunque se tenga un turno a las 8, si la persona citada a las 8.15 llega antes, pasa primero. Así que allí estaba yo hiperventilando en un ascensor asfixiante: Ella baja primero, llega a la ventanilla de recepción antes y por lo tanto me saca el turno.

No soy del tipo de personas que se pone a dar codazos para pasar, más bien soy del tipo que se pone a analizar por qué una situación tan intrascendente le preocupa tanto, y como al final, en esa sala de espera tuve mucho tiempo para pensar, llegué a la conclusión de que el problema que tengo con esa clase de injusticias tiene un solo origen.

Porque antes, mucho antes de los cuarenta minutos de caminata que hoy me separan del kotel, antes del I love Israel, cuando todavía andaba aturdida por Castaneda y Gurdjieff, aprendí la importancia de la presencia conciente y no hace falta que les explique a qué me refiero, porque por culpa de Chopra todos conocen la teoría de vivir aquí y ahora. Repito, aquí y ahora.

No me animo a decir que es un método traidor, no porque no lo crea, sino para evitar conflictos, así que lo que diré es que seguramente lo aprendí mal dejando que ese malentendido me llevase exactamente al lugar del que quería salir.

Porque de tanta presencia conciente ahora asumo que siempre es mi turno. Lo que yo creo, yo pienso y yo siento es lo único que existe. Pero eso está fuera de sintonía con la realidad, más bien es como si fuesen mundos paralelos. Si las cosas sólo pasan por uno, uno no pasa por las cosas.

Ir de adentro hacia afuera es ir a contramano. Aquí y ahora sólo tenemos que dejar lugar para que Hashem entre en nuestra vida y estar uno ocupando la puerta es como echarlo, porque Él sólo entra en donde lo invitan y les aseguro que apenas nos corremos un poco y le hacemos lugar, nos damos cuenta de que los números ya habían sido dados, que todos los turnos están ordenados.

Un mensaje de Rita Lampa


Hoy abrí mi correo y encontré este mensaje:
(A quien corresponda)

martes, 8 de junio de 2010

Parashat Koraj II

La tierra abrió su boca y se los tragó a ellos y a sus casas,
y a toda la gente que había junto a Koraj, y a toda su riqueza (Koraj 16:32)

Mientras en Guatemala se preguntan si el gigantesco hueco que se formo en una calle de su capital el 1 de junio es un caso aislado, al otro lado del globo, en China, han descubierto por lo menos 8 huecos que han aparecido durante las ultimas dos semanas. El ultimo fue el 4 de junio en en Beijing a las 12:25 am. Mide 6 mts de profundidad por 8 de diámetro.

Ir al articulo original

lunes, 7 de junio de 2010

Parashat Koraj

Parashat Koraj

En la última semana, en Guatemala: Cráter de 60 metros de profundidad (gracias Gegi!)

viernes, 4 de junio de 2010

Es una pavada celestial (o crimen y castigo)

No saben lo contenta que estoy, a pesar de que el día pintaba mal, porque sin cafeína en sangre tener que firmar malas notas del colegio es solo un augurio de otro día mirándome al espejo preguntándome si es necesario que se noten en la cara las cosas que me han pasado.

Pero al abrir el blog exclamé: “maldición, va a ser un día hermoso”, porque de golpe supe que hoy podría decir lo que llevo quince mil palabras en Word intentado expresar, una idea que tengo atorada en la luneta y que hasta ahora solo logré liberar de a retazos hechos cenizas.

Así que a todos los que en estos días pensaron que estaba como una cabra cuando me escucharon decir que la inteligencia está sobrevalorada y que hay que navegar por la superficie de las cosas, les pido que tiren esas frases al recycle bin de la memoria y me den una nueva oportunidad para explicarme.

Lo que en verdad quería decir es que creo que la inteligencia está sobrevalorada y que hay que navegar por la superficie de las cosas.

Intuyo que todo surge de un mal entendido: que lo serio es lo profundo, que lo espiritual es angustiante y que estamos en el mundo para soportar el sufrimiento. Saben bien de lo que hablo, de esa vocecita interna que nos repite todo el tiempo “te has portado mal y mereces ser castigado”.

Pero eso no es Judaísmo, eso es vivir equivocado y confundir lo espiritual con lo espiritista. La oscuridad del pensamiento nos hunde y en las profundidades solo se puede tocar fondo. Para elevarse es necesario ir liviano.

Nos esforzamos demasiado para que todo resulte cuesta arriba (y que nadie vaya a pensar que nuestra vida es fácil) pero así lo único que hacemos es interferir en los planes de Hashem. Y no estoy hablando de las cosas que caen por su propio peso, estoy hablando de que al llevar cada cosa a la zona oscura nos privamos de disfrutar la luz que Hashem nos envía por su intermedio.

Es una herejía decir que está mal estar bien. La ausencia de Hashem sólo existe en nuestra imaginación. Todos conocemos el verdadero nombre de la tristeza, así que dejemos de reverenciarnos ante ella porque lo único que quiere es destruirnos.

lunes, 31 de mayo de 2010

Para demostrar qué previsibles somos las mujeres

Yo sé que el blog está raro pero hasta que Jannah no vuelva para darnos un zarpazo de santidad y Debbie no regrese con sus videos para darnos ganas de cocinar, tendrán que seguir conformándose con estos post que hago aparecer como conejos que salen de la galera.

En media hora tendré otra de las “salidas de amigas”. Ya saben que a nosotras cualquier excusa nos da un motivo para salir a comer y dejar a nuestros maridos a cargo de la casa en la peor hora, cuando hay que bañar, dar de cenar, contar cuentos y meter en la cama.

Y muchas veces conté la crónica de esos encuentros, pero la verdad es que me daría vergüenza hacerlo una vez más, así que en estos quince minutos que me quedan libres voy a hacer el experimento de contar lo que creo que va a pasar, para demostrar o desmentir cuán previsibles somos las mujeres.

Nuevamente usaré nuestros nombres clave para preservar el anonimato de mis amigas (que no tardarán en descubir qué número les ha sido asignado).

Tres, cinco y seis van a llegar tarde. El resto perderemos diez minutos eligiendo mesa. Empezaremos a mirar el menú sin prestarle la menor atención y el mozo vendrá varias veces a preguntar si ya hemos elegido. A una le costará decidirse porque no tendrá hambre. Dos pedirá ensalada. Tres un café y cuatro lo mismo más una torta. Lo que va a pedir cinco, me cuesta adivinarlo porque depende mucho del día que haya tenido. Seis cualquier cosa menos ensalada porque la tiene cansada y siete todavía no lo decidí pero siempre termina ganando mi adicción al café.

Después vamos a empezar por temas superficiales, pasaremos de la ropa a los zapatos para detenernos un rato en las pelucas. Siete haré el chiste de que estamos cortadas todas por la misma tijera, cinco dirá que en este momento no está nada “peluquera” porque afloró su parte bohemia. Uno va a pedir opinión acerca de su peluca nueva, y dos va a comentar los pormenores de su nuevo corte, a tres no le importa el tema así que se concentra en la gente de la mesa de al lado y cuatro va a estar muy callada porque sabe que tiene el mejor pelo. Seis va a decir que nunca se sintió tan cómoda como con aquella pelirroja y siete voy a contar el despropósito de haberla usado durante la última tormenta de arena.

Después hablaremos un rato en serio, pero yo sobre temas serios no escribo, así que hago un salto al momento en el que cortamos abruptamente la cuestión profunda con un comentario acerca de la comida. Analizaremos el lugar, el ambiente y la atención. Una dirá que allí la llevó su marido en la primera cita, cuatro dirá que con lo poco que sale la tendríamos que haber llevado al Ritz, dos y cinco estarán encantadas del nuevo descubrimiento tan cerca de casa y tres dirá que le gusta porque es al aire libre rodeado de naturaleza, seis pedirá que la próxima viajemos a tel Aviv a cenar frente al mar y siete seguiré defendiendo que la mejor comida es un bagel.

Dos dirá que uno de sus hijos está incontrolable y el resto le diremos que es normal y que se vaya acostumbrando. Le pediremos a cuatro consejos médicos, a tres consejos de educación y a una de cocina. Seis y siete, que quedamos en extremos opuestos de la mesa hablaremos a los gritos del proyecto de diseño y cuatro contará historias graciosas sobre cosas trágicas.

Y después nos reiremos de cualquier cosa un rato y empezaremos a hacer la cuenta. Cero tendrá ganas de sumar y dividir lo de cada una, pero resignada y a regañadientes seis utilizará la calculadora de su teléfono y pondrá la cuenta en orden y todas diremos que fue una locura volver tan tarde porque mañana nos va a costar levantarnos.

viernes, 21 de mayo de 2010

En vivo y en directo

Me pregunto si podré escribir un post en seis minutos. Seis y cincuenta y siete es el horario de encendido de velas. Ahora son las seis y cincuenta y uno. Si no posteo algo este blog va a terminar pareciendo una recopilación de los “mejores momentos del año”. Voy a escribir en vivo y en directo, aunque sea con exceso de faltas de ortografía y escasez de coherencia.

Seis y cincuenta y uno: ¿con qué empiezo? Con lo primero que se me viene a la cabeza: “Qué ricas estaban las tortas de queso”, no me parece que vaya a poder decir mucho más acerca del tema. Mejor intento con lo segundo: A nadie le importa lo que le pasa al otro. Sólo nos importa lo que nos pasa a nosotros.

Seis y cincuenta y dos: Si una amiga nos cuenta sus angustias, lo único que respondemos es “a mi también me pasa” “a mi una vez me pasó” o “eso no nunca me pasaría”. Si su hijo está enfermo, nuestro hijo está peor. Si su día fue difícil el nuestro fue un infierno. Y aunque no lo crean, ya pasó otro minuto y tengo que seguir adelante.

Seis y cincuenta y tres: Sin embargo nos interesa muchísimo lo que le pasa a la gente con la que no tenemos relación. Espiamos el facebook de nuestros compañeros de primaria con una precisión detectivesca y vemos las álbumes de los amigos de los amigos aunque no tengamos ni idea de quién es esa persona en la foto en Roma. Y si me dicen que eso ustedes no lo hacen, no podrán negar que por lo menos leen un blog en donde una desconocida les cuenta intrascendencias como si tuvieran la importancia del descubrimiento de la vacuna contra la rabia.

Seis y cincuenta y cuatro: Pero eso si, en cuanto nuestros maridos nos quieren explicar algún tema de su incumbencia, ponemos el automático del los “si, ajá, claro, te entiendo”, y tenemos la audacia de ofendernos cuando reclaman nuestra atención en la mitad del relato porque nos pescaron mirando el reloj de reojo. “Pero si te estoy escuchando”, le decimos y repetimos la última frase, como si a esta altura alguien se dejase engañar por ese truco.

Seis y cincuenta y cinco: Si no me creen, hagan esta prueba que yo intento muchas veces: cuando estoy contando algo que a mi me parece interesante, en la mitad del relato provoco una distracción y me desvío del tema esperando que mi interlocutor pida la continuación del cuento. Nunca lo hacen.

Seis y cincuenta y cinco: Hay un capítulo en el libro “positive word power”, en el que justamente habla de esta tendencia a ser auto referentes (mirá quién habla). Allí explica cómo la comunicación real se ve interferida por la competencia y el egocentrismo. Cómo cada charla en vez de ser una experiencia enriquecedora, es un ping pong de yoes.

-Porque yo esto

-porque yo lo otro

-Porque yo lo de más allá.

Seis y cincuenta y siete: Ya sé que no puedo generalizar, porque es verdad que hay actos increíbles de jesed, y hay gente que genuinamente se interesa en el otro y también Angelina va Dafur, pero todos sabemos lo difícil que es encontrar al alguien que nos escuche y gracias a eso se hicieron millonarios los psicólogos. Se les paga para eso. Y hablando de psicólogos, mi tiempo ha terminado y como suele suceder en esos caso, sin resolver el tema. Nos vemos en la próxima sesión. Shabat Shalom para todos.