martes, 19 de mayo de 2009

What time is it?

El otro día uno de mis hijos se torció el tobillo y tuvimos que salir corriendo (y saltando en una pata). En la sala de espera de la guardia ortopédica había un hombre sándwich con la espalda desgarrada, un rellenador de aceitunas con los dedos acalambrados y una niña arrastrando una muñeca con la pierna rota. Sentada en esas butacas tan hábilmente diseñadas para la atención al público, empecé mis cálculos mentales: veinte minutos con la abuela enyesada, otros quince con la mamá del bebé y media hora más con el caballero vendado. Qué manera de perder el tiempo, pensaba. Parecen confabulados para que yo no llegue a mi curso de patchwork.

“El tiempo no se tiene, se hace”, me dijo la señora sentada a mi lado, como adivinando mis pensamientos. “Es imposible intentar acelerar tu posición con respecto a él”. Será científica, pensé. “Sólo hay que saber navegar las olas que nos llevan desde la frontera del pasado a la orilla del futuro”, agregó haciéndome inclinar hacia la idea de estar frente a una poetisa. “Lo único que podemos hacer es pedirle cada día a Hashem que nos dé brajá en el tiempo” terminó mientras desaparecía detrás de la puerta del consultorio tres.

Si hubiese podido retroceder en el tiempo le hubiese preguntado a qué se refería, pero como eso (todavía) no es posible, me quedé haciéndome las preguntas que muchos nos hacemos. El tiempo, pensé, lo necesito y no lo aprovecho. Me lo tomo y después lo pierdo o lo mato. Lo busco y cuando lo consigo, ¿para qué lo uso? Y mejor aún ¿para qué debería usarlo?

Inmediatamente vino a mi memoria un artículo de Sara Yoheved Rigler en el que decía que la Geulá solamente vendrá por el mérito de Am Israel haciendo teshuvá (Midrash bereshit raba 2:4), y también dice que en el área en donde debemos intensificar nuestro trabajo es en las mitzvot bein adam leJaveró y fomenta lo que muchas mujeres ya están haciendo en todo el mundo: formar grupos de Ahavat Israel, en los cuales cada integrante se esfuerza en algún aspecto de estas mitzvot y comparte su experiencia con el resto.

Casualmente, el trabajo del día 41 del Omer dice que uno puede lograr más grandeza en nuestro época de lo que nunca fue posible. Y eso me hizo dar cuenta de que es hora de empezar a sumarle sentido a nuestro tiempo, que esa es la brajá por la que tenemos que hacer tefila. Que nuestro tiempo nos trasnforme para así acelerar el proceso.

Y hubiese seguido pensando, pero llegó mi turno, así que tendré que seguir con la idea en la próxima consulta.

2 comentarios:

andi dijo...

Genial..el otro día mientras iba caminando a buscar a mis hijos al jeder pensé: no puedo perder el tiempo caminando, voy a hacer unos llamados pendientes. Di dos pasos, paré y pensé: no puedo perder el tiempo caminando???Cómo hacíamos antes del celular?? Decidí caminar y agradecerle a Hashem por la vivencia de caminar mientras caminaba (el único problema fue la cantidad de baldosas flojas que me comí y que mis cinco cuadras de conexión se chocaron contra la realidad de mis hijos con hambre,sed,sueño,noquierocaminar ).

Judi Lerner dijo...

Andi sos increíble, siempre tus comentarios le dan más sentido a lo que posteo.
La realidad de los hijos se parece a la de los padres, porque ¿no rompemos nosotras la conexión de la misma manera? hambre, sed, sueño y no quiero (solamente)caminar!!!