martes, 2 de septiembre de 2008

¿Quién está detrás de la Puerta?

Jueves.
Iba saliendo de la ciudad vieja de Jerusalem, muy tranquila con mi bebe en su cochecito (presten atención: iba saliendo. Lo que significa que ya había cruzado casi toda la ciudad vieja) y en eso se acerca una buena señora y me dice: - discúlpame, tienes la camisa abierta.

Shock total.

Yo: -Como?
Sra.: -que se te desabrochó la camisa

Miro mi camisa. Miro a la Sra. Ella se da cuenta de mi vergüenza-desesperación mientras re-abrocho los botones y murmuro sin parar: no lo puedo creer… no lo puedo creer… no lo puedo creer… sonríe y dice: le puede pasar a cualquiera.

Sigo camino. Llego al estacionamiento. Mi bebe se había quedado dormido (muy fuera de lo común a esa hora). Me siento en el auto un par de minutos antes de arrancar para dejar que se enfríe un poco, y me voy.

Viernes.
Estoy llegando a una fiesta en la ciudad vieja con mi marido, detiene el auto en la entrada y
esto es lo que ocurre:

Marido: - Mejor bajate acá mientras yo busco estacionamiento.
Yo: -bárbaro, ¿me bajás el cochecito del bebe que está en el baúl?
M: Después de haber abierto el baúl: -el cochecito no esta!
Yo: -¡No puede ser! ¿lo bajaste ayer?
M: - ¡No! ¡No me digas que lo perdiste…!!!
Yo: -¡¡¡Cómo te parece que voy a perder un cochecito!!!

En fin, me hubiera encantado que la misma señora de ayer re-apareciera mágicamente y me dijera que esto también le puede pasar a cualquiera… pero no fue así. Lo que si paso es que el día anterior, después de que mi auto se enfrió, me olvide que el cochecito estaba al lado del baúl, atrás, esperando que lo guarde! ¡¡¡Y me fui!! Y lo peor es que si no fuera por la fiesta del viernes a lo mejor no me daba cuenta hasta quien sabe cuando!

¿Gracioso? Para mi no lo fue. Es más, lloré mucho. Pero se acercaba Shabat, y yo tenia dos opciones: o conectarme con lo negativo de toda esa situación, la vergüenza del jueves, la distracción y angustia (que me salio carísima) del viernes (y también vergüenza, porque hay que dejarse el cochecito olvidado…) o tratar de entender que me estaban queriendo enseñar.

Uno no puede preguntar por qué le pasan las cosas, pero si para qué.

Me conecté con eso y esto es lo que sucedió....... (continuará)

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Pobre! ¡qué momento!