Aunque el Magid de Chernobyl era un gaón en Torá con una mente brillante, el sabia cuando actuar con completa simplicidad, como podemos ver en la siguiente historia:
Los jasidim de Rabí Motel de Chernobyl le vieron de pie en la ventana moviendo sus labios. Ellos se acercaron a él para escuchar que era lo que decia, imaginando que estaba haciendo una profunda oración kabalista. Ellos quedaron sorprendidos por lo que escucharon; el Rebbe estaba diciendo: “Ribono Shel Olam, la criada que ayuda a mi mujer quiere renunciar, pero mi mujer realmente necesita su ayuda, por favor has que la criada cambie de opinión”. Los jasidim no podían creer lo que escucharon, y le preguntaron al Rebbe por que él, un gran gaón, estaba rezando como cualquier persona, pidiendo a Hashem por una simpleza. El Magid contesto: “¿A quién más debo pedir?
Una lección invaluable podemos aprender de esta historia. No importa que tan pequeño algo parezca, debemos dirigirnos a Hashem y pedir por ello. Nada es muy grande o muy pequeño para Hashem, como este gran gaón demostró, necesitamos ayuda de Hashem para todo. Esto muestra emuná simple, cuando por cada cosa que necesitamos, pedimos a Hashem, y solo entonces hacemos nuestra hishtadlut para conseguir lo que necesitamos.
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Extraido de www.zchusavos.blogspot.com/
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