miércoles, 9 de abril de 2008

NISAN, El Nombre del Mes


El nombre del mes —nisán— está relacionado idiomáticamente con el término hebreo nes, «milagro». ¿Qué busca enseñarnos esta extraña relación?


El relato bíblico cuenta que el pueblo de Israel, una vez salvado de las garras del faraón, fue condenado a deambular hasta morir en las secas arenas del desierto. Mas en realidad, el plan inicial era conducirlo directamente hasta el pie del Monte Sinaí para entregarle la Gran Sabiduría —la Torá— y continuar hasta la Tierra Prometida. Sin embargo, el pueblo construye el becerro de oro, y la voz celestial determina que esos hombres morirían en el desierto y que sólo sus hijos, quienes no habían probado ni la esclavitud ni tampoco la idolatría, serían los encargados de conquistar y heredar la tierra que mana leche y miel.


¿Qué comería un pueblo numeroso en el desierto durante cuarenta años? La Biblia cuenta entonces acerca del maná, el alimento celestial que día a día les era entregado desde las alturas.

Los sabios enseñan que de este hecho surge algo muy extraño: toda una generación nacida en el desierto se acostumbró a recibir alimentos desde el cielo. Para ellos era sumamente natural que cada mañana, al despertarse, el sustento les llegara «desde arriba». Para ellos se trataba de una ley de la naturaleza. Mas al llegar a la puerta misma de la Tierra Prometida les esperaba una sorpresa: el maná diario se interrumpió y, para su infinito asombro, descubrieron que la misma tierra árida y el estéril polvo que pisaban comenzaban a producir los vegetales y frutas más maravillosos. «¡Es un milagro!», exclamaron, negándose a aceptar lo que sus ojos veían: el alimento surgía de la tierra.


El mensaje de los sabios no deja lugar a dudas:  denominamos «naturaleza» a los milagros a los que nos hemos acostumbrado. Pero cuando el milagro se reviste de naturaleza el mensaje de eternidad se pierde y sólo captamos el lado más insignificante de la realidad que nos rodea.


El milagro rompe en mil pedazos esta realidad inerte y permite observar a través de la grieta la palabra inefable y esencial exiliada en las profundidades del mundo limitado. 

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Calendario Cabalístico.Ben Itzjak.Ed Edaf

1 comentario:

Anónimo dijo...

excelente!