A causa de que se han notado contradicciones en la declaración de la acusada, se la ha procesado con los cargos de “cambiar de opinión”. Aquí un extracto de la confesión. Que conste en actas:
“Si, lo reconozco, en este post dije que la Torá no me obligaba a juzgar a nadie, pero me equivoqué. Y cuando me doy cuenta de que estoy equivocada, me gusta cambiar de opinión. En realidad pensé que todas las halajot referentes a la manera de juzgar al prójimo incumbían solamente a los jueces y que las amas de casa como yo quedábamos fuera de jurisdicción. Pero después de estudiar un poco más tuve que reconocer que la Torá obliga a cada persona a convertirse en juez”.
Que se sentencie a la demandada a seguir investigando durante los siguientes post. Queda firmado, sellado y archivado.
Y aquí mismo es cuando comienzo a cumplir con mi condena: “No pervertiréis la justicia; no favoreceréis al pobre y no honraréis al grande; con rectitud juzgaréis a vuestro prójimo” (vaikra 19:15)
El Sefer HaJinuj explica que la mitzvá de juzgar al prójimo incluye la obligación de juzgarlo para bien, interpretando sus acciones y palabras positivamente. Y que todos somos jueces, ya que Hashem nos dio la posibilidad de discernir entre el bien y el mal. Y nos advierte de que esto (juzgar para bien) no es simplemente una buena cualidad de personalidad; es una de las 613 mitzvot. Es nuestra obligación. No queda reservado para una elite sino que abarca a cada judío.
Así que pido disculpas si debido a aquel error en el entendimiento alguien borró de su lista de temas pendientes “juzgar a X” y “juzgar a Z”. Deberían volverlo a escribir con el siguiente cambio: “juzgar a X para bien” y “juzgar a Z para bien” En los próximos post los involucraré en el tema de cómo hacerlo, así que vengan a visitarme por favor, no se olviden de que estoy en libertad condicional.
“Si, lo reconozco, en este post dije que la Torá no me obligaba a juzgar a nadie, pero me equivoqué. Y cuando me doy cuenta de que estoy equivocada, me gusta cambiar de opinión. En realidad pensé que todas las halajot referentes a la manera de juzgar al prójimo incumbían solamente a los jueces y que las amas de casa como yo quedábamos fuera de jurisdicción. Pero después de estudiar un poco más tuve que reconocer que la Torá obliga a cada persona a convertirse en juez”.
Que se sentencie a la demandada a seguir investigando durante los siguientes post. Queda firmado, sellado y archivado.
Y aquí mismo es cuando comienzo a cumplir con mi condena: “No pervertiréis la justicia; no favoreceréis al pobre y no honraréis al grande; con rectitud juzgaréis a vuestro prójimo” (vaikra 19:15)
El Sefer HaJinuj explica que la mitzvá de juzgar al prójimo incluye la obligación de juzgarlo para bien, interpretando sus acciones y palabras positivamente. Y que todos somos jueces, ya que Hashem nos dio la posibilidad de discernir entre el bien y el mal. Y nos advierte de que esto (juzgar para bien) no es simplemente una buena cualidad de personalidad; es una de las 613 mitzvot. Es nuestra obligación. No queda reservado para una elite sino que abarca a cada judío.
Así que pido disculpas si debido a aquel error en el entendimiento alguien borró de su lista de temas pendientes “juzgar a X” y “juzgar a Z”. Deberían volverlo a escribir con el siguiente cambio: “juzgar a X para bien” y “juzgar a Z para bien” En los próximos post los involucraré en el tema de cómo hacerlo, así que vengan a visitarme por favor, no se olviden de que estoy en libertad condicional.
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