domingo, 24 de febrero de 2008

"Un presente dado en secreto calma el enojo, y un soborno colocado sigilosamente puede provocar una gran ira" (Mishlei 21, 14).

Si bien este versículo puede ser interpretado de diferentes maneras, de él podemos aprender que hay cosas que el secreto puede ser muy provechoso y positivo, y hay otras en las cuales puede lograr exactamente el efecto opuesto.
Y así como los sabios nos enseñan que uno de los níveles más altos de dar Tzdaká es cuando el pobre recibe su ayuda sin enterarse quién se la dió, lo cual puede servir para calmar el enojo interno que puede generarle su situación de pobreza (sin sentirse eventualmente ofendido por el hecho de tener que recibir su ayuda "abiertamente"), así el colocar un soborno sigilosamente en el bolsillo de una persona, sin darle lugar a que la persona lo acepte o no, puede llegar a provocar exactamente el efecto contrario!

Y por qué esto es así? Por el simple hecho que el libre albedrío es una de las cualidades más intrínsecas e inherentes del ser humano, y aún cuando una persona puede llegar a sentirse tentada de recibir un soborno (lo cual evidentemente está muy mal desde el punto de vista de la Torá ), aún así es importante que la persona sienta que fue ella la que decidió (al menos) no oponerse a recibir dicho soborno, y no que se lo "impusieron" sin dejarle casi ninguna posibilidad de rechazarlo

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